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Revista de Dermatología y Enfermedades Dermatológicas

Cambios del envejecimiento de la piel

Con el envejecimiento, la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza, aunque el número de capas celulares permanece sin cambios. Disminuye el número de células que contienen pigmentos (melanocitos). Los melanocitos restantes aumentan de tamaño. La piel envejecida se ve más fina, más pálida y clara (translúcida). En las zonas expuestas al sol pueden aparecer grandes manchas pigmentadas, incluidas manchas de la edad, manchas hepáticas o léntigos. Los cambios en el tejido conectivo reducen la fuerza y ​​elasticidad de la piel. Esto se conoce como elastosis. Es más notorio en zonas expuestas al sol (elastosis solar). La elastosis produce la apariencia correosa y curtida que es común en los agricultores, marineros y otras personas que pasan mucho tiempo al aire libre. Los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles. Esto provoca hematomas, sangrado debajo de la piel (a menudo llamado púrpura senil), angiomas cereza y afecciones similares. Las glándulas sebáceas producen menos grasa a medida que envejecemos. Los hombres experimentan una disminución mínima, con mayor frecuencia después de los 80 años. Las mujeres producen gradualmente menos grasa a partir de la menopausia. Esto puede hacer que sea más difícil mantener la piel húmeda, lo que provoca sequedad y picazón.

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