La gangrena es un tipo de necrosis causada por un suministro de sangre críticamente insuficiente. Esta afección potencialmente mortal puede ocurrir después de una lesión o infección, o en personas que padecen algún problema de salud crónico que afecte la circulación sanguínea. La causa principal de la gangrena es la reducción del suministro de sangre a los tejidos afectados, lo que provoca la muerte celular. La diabetes y el tabaquismo prolongado aumentan el riesgo de gangrena. La gangrena no es una enfermedad transmisible; No se transmite de persona a persona, aunque la infección asociada a algunas formas sí puede hacerlo. Los tipos de gangrena difieren en los síntomas e incluyen gangrena seca, gangrena húmeda, gangrena gaseosa, gangrena interna y fascitis necrotizante. La extirpación quirúrgica del tejido gangrenoso y los antibióticos son los pilares del tratamiento de la gangrena. Una vez tratada la gangrena, se aborda la causa subyacente. Esto incluye modificaciones en el estilo de vida, como dejar de fumar, un mejor control de la diabetes, revascularización o, en raras ocasiones, terapia médica para detener el espasmo vascular o la producción de obstrucción vascular inducida por el frío mediante crioglobulinas precipitadas en frío.