Maniglio M, Schweizer A y Nagy L
Presentamos los resultados de un estudio retrospectivo que analiza los resultados posoperatorios del tratamiento de pseudoartrosis del escafoides siguiendo tres técnicas diferentes: cresta ilíaca palmar (no vascularizada), injertos óseos vascularizados dorsales y palmares. El objetivo es presentar las tasas de consolidación y descubrir si el rango de movimiento, la fuerza de agarre y el dolor difieren utilizando los diferentes injertos.
Métodos: Evaluamos 57 casos con un seguimiento medio de 6,6 meses. Veinticuatro pacientes presentaron pseudoartrosis del polo proximal del escafoides con osteonecrosis avascular. La técnica quirúrgica se eligió en función de la vascularidad, la localización de la pseudoartrosis, las operaciones previas y la disponibilidad del pedículo. Se utilizó injerto convencional en 19 pacientes, vascularizado palmar en 15 y vascularizado dorsal en 23. Medimos y comparamos los resultados clínicos y radiológicos.
Resultados: De 57 pseudoartrosis, 46 se consolidaron. No se encontró diferencia significativa en la tasa de consolidación entre los 3 grupos de tratamiento. El porcentaje más alto de consolidación, 87%, se registró en pacientes tratados con un injerto vascularizado palmar, mientras que la tasa de consolidación del injerto vascularizado dorsal fue del 78% y del injerto de cresta ilíaca del 79%. La fuerza de agarre mejoró significativamente. La mayor mejoría se produjo en el grupo de cresta ilíaca (del 70% al 91%) y la menor en el grupo de injerto vascularizado dorsal (del 81% al 83%). El mejor rango de movimiento en flexión/extensión se registró en el grupo de cresta ilíaca, aunque no fue significativo. La puntuación media de Mayo fue de 82. 18 pacientes mostraron un resultado excelente, 17 bueno, 13 satisfactorio y 3 malo. No se encontraron diferencias significativas entre los grupos.
Conclusión: Los injertos vascularizados tuvieron una tasa de consolidación y un resultado en la escala de Mayo comparables a los del grupo de cresta ilíaca, aunque estos casos fueron más problemáticos debido a la presencia de necrosis avascular. Los injertos de cresta ilíaca proporcionaron los mejores resultados en cuanto a fuerza de agarre y amplitud de movimiento. La ganancia en fuerza de agarre y amplitud de movimiento fue menor con los injertos vascularizados.
Hernando Rafael y Gabriel Polo
Antecedentes: Desde 1986 por el trabajo de Goldsmith, sabemos que colocando tejido omental sobre la médula espinal lesionada, podemos provocar mejoría neurológica.
Caso clínico: Una niña de 4 años recibió una herida de bala en agosto de 2010, en la médula cervical superior, que fue seguida inmediatamente por tetraplejia. Pérdida del automatismo respiratorio y fue conectada a un ventilador. Las exploraciones de resonancia magnética preoperatorias revelaron un infarto isquémico severo en C2-C3. En julio de 2011, recibió un trasplante de epiplón. Durante la cirugía encontramos abundante tejido cicatricial en la médula cervical entre C2 y C3, un pequeño quiste intramedular en el lado izquierdo, reducción de los vasos sanguíneos y el 70 por ciento de la médula cervical hipotrofiada. Sobre esta médula cervical residual se colocó un segmento de epiplón. Dos días después de la cirugía, comenzó con automatismo respiratorio y movimiento voluntario de hombros y miembros derechos. Podía ponerse de pie y caminar con ayuda de dispositivos ortopédicos desde los 4 meses posteriores a la cirugía. Actualmente, a 4 años de la cirugía, presenta control parcial de esfínteres y mejoría motora en un 40 por ciento. Durante la evolución postoperatoria recibe rehabilitación y estimulación eléctrica en la médula cervical.
Conclusiones: Estos resultados indican que las neuronas y axones isquémicos en la médula cervical traumatizada pueden mejorar si se revascularizan con tejido omental.
Eugenio Lipov
Antecedentes: El trastorno reactivo del apego (TAR) es un diagnóstico psiquiátrico que se realiza generalmente en la infancia. Comúnmente es resistente al tratamiento, incluidos los fármacos y la psicoterapia. Una característica clínica significativa del TAR es la alteración en la regulación del afecto. Esta característica de la anormalidad en la regulación del afecto es similar a la hiperreactividad observada en el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se ha demostrado que un nuevo tratamiento, llamado bloqueo del ganglio estrellado (BGE), es eficaz en el tratamiento de la hiperreactividad asociada con el TEPT en la población adulta. Implica la colocación de un anestésico local cerca de un ganglio simpático cervical. Se cree que el BGE reduce la hiperactividad simpática, que puede durar meses, lo que lleva a una mejora en la regulación del afecto. La similitud de la regulación anormal del afecto (en el TEPT y el TAR) llevó al autor a utilizar el BGE en un paciente pediátrico con TARD y en un paciente pediátrico con TEPT.
Métodos: Ambos pacientes recibieron un bloqueo del ganglio estrellado en el lado derecho a nivel de C6 utilizando guía fluoroscópica y bupivacaína al 0,5%. Ambos pacientes contaban con el consentimiento de sus padres para la realización del bloqueo. Las respuestas al bloqueo se basaron en los informes de los padres, los maestros y los niños.
Resultados: Ambos pacientes experimentaron un alivio inmediato, significativo y duradero de los síntomas de trastorno de ansiedad generalizada y trastorno de estrés postraumático, respectivamente. El paciente con trastorno de estrés postraumático solicitó repetir el tratamiento tres meses después de un trauma adicional. Ambos pacientes redujeron notablemente la medicación antidepresiva y antipsicótica, manteniendo al mismo tiempo sus mejoras funcionales.
Conclusión: El bloqueo selectivo del ganglio estrellado derecho a nivel de C6 es un procedimiento seguro y mínimamente invasivo que puede proporcionar un alivio duradero de los síntomas de RAD y TEPT en una población pediátrica, permitiendo la interrupción segura de los medicamentos psiquiátricos.
Arabo Saidou Mohamadou, Atemkeng Tsatedem Faustin*, Tsiagadigui Jean Gustave, Ndando Polle Richard y Bayiha Alphonse
Introducción: Las fracturas complejas en la zona de la rodilla son realmente problemáticas. Se producen por un mecanismo directo de alta energía y pueden ser abiertas o cerradas. El objetivo principal de este trabajo fue realizar un estudio preliminar de estas lesiones en nuestro medio.
Materiales y métodos: Se realizó un estudio prospectivo y descriptivo, realizado de enero de 2010 a diciembre de 2013, en el servicio de ortopedia y traumatología del hospital Laquintinie de Douala. Se incluyeron todos los pacientes con fracturas perirrodillistas, clasificados como 33-A3, 33-C, 41-A3 o 41-C según la clasificación de la Asociación Suiza de Ortopedia (OA).
Resultados: Se presentaron 18 pacientes de sexo masculino y ninguna de sexo femenino, todos ellos víctimas de accidentes de tráfico en los que estuvo implicada al menos una motocicleta. La hora media de ocurrencia del accidente fue las 23.00 horas. Se abrieron 17 lesiones con predominio de los tipos 1 y 2 de la clasificación de Gustillo y Anderson. Las fracturas AO tipo 33-C3 (5 casos) fueron más frecuentes en el fémur, mientras que las fracturas AO tipo 41-A3 (4 casos) predominaron en la tibia. Siete pacientes presentaron rodillas flotantes (fracturas por encima y por debajo de la rodilla). La lesión asociada más frecuente fue la fractura de rótula (2 casos). Se intervinieron 12 pacientes, incluidos 6 rodillas flotantes. La placa condilar (7 casos) fue la más utilizada en el fémur distal, mientras que en la tibia proximal fue la placa OA (6 casos); cuatro casos se trataron de forma conservadora y dos fracturas se complicaron con una lesión vascular compleja que impuso la amputación a nivel del muslo.
Discusión: Nuestro estudio demostró que estas lesiones no son raras, ya que representan alrededor del 2,5% de las lesiones graves observadas durante los accidentes de tráfico causados ??por vehículos de dos ruedas en nuestro medio. Se trata de lesiones complejas en términos anatomoclínicos, terapéuticos y funcionales.
Conclusión: Las fracturas complejas en la zona de la rodilla son cada vez más frecuentes en nuestro medio. Son causadas por las motos y son de difícil tratamiento.
Charles T. Price, Michael J. Muszynski, Julie A. Zielinski y Charles Stewart
Antecedentes: Los impactos con hélices de embarcaciones a motor pueden causar lesiones devastadoras debido a la mecánica de la lesión y la contaminación compleja. La frecuencia de estas lesiones ha sido subestimada. Este artículo proporciona una revisión de las lesiones por hélices ingresadas en nuestro hospital durante un período de seis años. El análisis incluye la mecánica de la lesión, el tratamiento inicial, la revisión de la literatura, las estadísticas de accidentes y las posibles medidas de prevención.
Métodos: Se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes ingresados ??en nuestro hospital tras sufrir lesiones por navegación. Se identificaron trece pacientes con lesiones por hélice de embarcación a motor. También se realizó una revisión de las estadísticas de accidentes de navegación durante el mismo período de tiempo.
Resultados: Los pacientes fueron sometidos en promedio a 2,8 procedimientos quirúrgicos durante la hospitalización inicial. Se desarrollaron infecciones en el 46% de los pacientes y hubo cinco amputaciones en tres pacientes. Durante el período de este estudio, el número de accidentes de embarcaciones con hélice o quilla notificados aumentó de 8 por año a 80 por año en Florida.
Conclusiones: Las lesiones causadas por hélices de embarcaciones a motor pueden ser extensas debido a los graves daños mecánicos y la contaminación con organismos marinos poco comunes. La pérdida de sangre y la contaminación pueden subestimarse en el momento del ingreso. Se recomiendan el manejo terapéutico con triple antibiótico y la irrigación y el desbridamiento frecuentes. A menudo se requieren múltiples procedimientos quirúrgicos y una hospitalización prolongada con un deterioro físico de por vida como resultado final. El aparente aumento de las lesiones notificadas probablemente refleje una mayor precisión en los informes en lugar de un aumento real en la frecuencia de estas lesiones. Se recomienda la educación y la aplicación de las normas de seguridad, junto con el desarrollo y la implementación de dispositivos de seguridad.
Johnson A, Roskosky M, Freedman B y Shuler MS
La espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS) mide hasta una profundidad de 2 a 3 cm por debajo de la piel, lo que genera preocupación sobre la utilidad de la NIRS en el paciente obeso. El propósito de este estudio prospectivo es investigar el efecto del grosor del tejido adiposo suprayacente (ATT) en las mediciones de oxigenación NIRS del músculo esquelético. El ATT se midió por ultrasonido. Los sensores NIRS se colocaron sobre los compartimentos anterior y posterior superficial de una pierna durante el ejercicio y se calculó el cambio en la saturación de oxígeno regional para cada compartimento. Hubo una tendencia decreciente en el cambio de rSO2 desde el inicio con el aumento de ATT. Los pacientes extremadamente obesos (IMC >40) tuvieron cambios significativamente menores en rSO2 desde el inicio en comparación con pacientes similares en ambos compartimentos (p <0,01). A medida que el ATT aumentó, el cambio de los valores NIRS desde el inicio disminuyó. No se determinó un IMC o ATT específico que no se pudiera monitorear.
Ravi Kumar Gupta, Anubhav Malhotra, Pawan Kumar y Gladson David Masih
Se pensaba que el problema de la fijación de fracturas desplazadas de húmero proximal en 3 y 4 partes se había resuelto en gran medida con la evolución del sistema de bloqueo interno del húmero proximal (PHILOS). Informamos de un caso de migración de tornillos de placa PHILOS a la articulación del hombro, donde se realizó un salvamento con hemiartroplastia. La decisión de realizar osteosíntesis en fracturas complejas de 3 y 4 partes requiere un alto índice de concienciación de las posibles complicaciones del sistema PHILOS.
Yasmine Kamhieh, Dimitra Leivadiotou, Dimitrios Manoukian y William Williams
Introducción: Existe poco consenso sobre el momento óptimo para la fijación quirúrgica de las fracturas cerradas de tobillo. Este estudio compara las tasas de complicaciones de los tejidos blandos en pacientes operados dentro de las 24 horas, a las 24-48 horas o más allá de las 48 horas posteriores a la lesión.
Materiales y métodos: En este estudio retrospectivo, N=160 adultos con fracturas cerradas de tobillo fueron categorizados según el tiempo hasta la cirugía (<24 horas, 24-48 horas y >48 horas) y se compararon las tasas de complicaciones postoperatorias (potencia 0,85).
Resultados: Las complicaciones de los tejidos blandos fueron mayores después de la cirugía a las 24-48 horas (15%) en comparación con la cirugía después de las 48 horas (3,6%), P 0,051. No hubo otras diferencias significativas en las tasas de complicaciones. La duración de la hospitalización después de la operación no difirió entre los grupos.
Conclusión: La cirugía realizada dentro de las 24-48 horas posteriores a la lesión dio lugar a tasas más altas de complicaciones menores de los tejidos blandos. Se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y cuantificar la inflamación de los tejidos blandos y su efecto sobre las complicaciones posoperatorias.
Malgoire JY, Lardière-Deguelte S, Piardi T, Amroun K, Renard Y, de Mestier L y Kianmanesh R
La bilemia, definida como el paso de bilis al torrente sanguíneo a través de una fístula del sistema venoso-biliar, es una complicación poco frecuente tras un traumatismo hepático cerrado. Presentamos el caso de un paciente de 20 años que presentó un traumatismo hepático cerrado complicado con bilemia y cuya estabilidad hemodinámica permitió un tratamiento no quirúrgico.
Boris Kovalenko, Mellisa Roskosky, Brett A. Freedman y Michael S. Shuler
Antecedentes: Se han planteado inquietudes sobre la capacidad de la espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS) para monitorear la saturación regional de oxígeno (rSO2) del tejido esquelético en condiciones de luz excesiva, como las que se encuentran bajo las luces del techo del quirófano. Este estudio busca determinar si las intensidades variables de la luz ambiental ejercen una influencia en las mediciones NIRS de rSO2 del tejido esquelético.
Métodos: Se reclutaron treinta personas del personal de un centro quirúrgico local para participar en el estudio. Se utilizaron tres dispositivos NIRS separados (oxímetro cerebral Covidien INVOS 510 °C, Nonin EQUANOX modelo 7600 y un oxímetro cerebral CASMED MC-2030C) para obtener lecturas del compartimento anterior de la pierna. La iluminancia se registró simultáneamente con los datos de oximetría en una sala de operaciones con (1) luces apagadas, (2) luces de la sala y (3) lámparas quirúrgicas configuradas a la intensidad máxima.
Resultados: No se observaron diferencias en los valores de rSO2 en las diferentes condiciones de iluminación al utilizar el dispositivo Nonin. Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre rSO2 para luces apagadas versus luces de la sala (-0,933, p = 0,0045) así como para luces apagadas versus lámparas de quirófano (nivel 5) (-0,50, p = 0,0035) para el dispositivo INVOS, aunque el dispositivo INVOS no siempre pudo producir una lectura en presencia de luz de quirófano de alta intensidad. Si bien no se encontraron diferencias entre luces apagadas y luces de la sala al utilizar el dispositivo CASMED, no pudo mostrar un valor en presencia de luz de lámpara de quirófano de alta intensidad.
Conclusiones: Los resultados indican que la presencia de luz tiene un efecto sobre las lecturas de oximetría; sin embargo, la presencia de dicho efecto depende del dispositivo que se utilice. Si bien otras aplicaciones del dispositivo, como la oximetría cerebral, pueden permitir que se cubran las áreas que se monitorean con paños, la monitorización del síndrome compartimental de la pierna no sería tan indulgente. Esta aplicación se vería mejor con un dispositivo capaz de monitorear en todos los niveles de luz.
Asaf Acker, Amir Korngreen, Bloom Shlomo, Shelef Ilan, Perry Zvi y Atar Dan
Las técnicas mínimamente invasivas para la reparación de fracturas son cada vez más frecuentes a medida que los cirujanos traumatólogos ortopédicos de todo el mundo adquieren más experiencia, siendo la cirugía de osteosíntesis de placa mínimamente invasiva (MIPO) una de las más populares. En el informe de caso actual describimos una complicación poco frecuente del tratamiento de una fractura, en la que se produjo una oclusión de la arteria tibial anterior como resultado de la presión directa de una placa LCP de 4,5 mm insertada mediante la técnica MIPO. El caso involucra a un hombre de 41 años que fue llevado a la sala de traumatología de emergencia después de sufrir una herida de bala en la tibia izquierda. El equipo quirúrgico realizó una reducción cerrada y fijación interna con placa LCP de 4,5 mm (Synthes) y tornillos a través de una incisión lateral en una técnica mínimamente invasiva. En la sala de recuperación, treinta minutos después del final de la primera cirugía, el paciente desarrolló isquemia aguda en la pierna y fue llevado de regreso a la sala de operaciones. Después de la fasciotomía lateral y la exploración, se encontró que el tracto tibioperoneo estaba completamente desgarrado, sin pulso de la arteria tibial anterior. Se realizó una trombectomía y se utilizó un injerto. A pesar de ello, la isquemia continuó y la angiografía selectiva demostró que el tibial anterior estaba presionado entre la tibia y la placa con una obstrucción completa. La placa se retiró de inmediato y se reconstruyó la arteria utilizando la vena safena de la pierna no lesionada. Aunque las complicaciones arteriales después del tratamiento de la fractura son poco frecuentes, ocurren y uno debe tenerlas en cuenta y estar atento a ellas, por lo que si ocurren, uno puede atenderlas de forma temprana.
Shahid Hussain, Hamid Rather y Asif Qayoom
Objetivo: La experiencia clínica con una única inyección intraarticular de ácido hialurónico en la artrosis de rodilla es limitada. El objetivo fue evaluar la eficacia terapéutica, la tolerabilidad y los efectos adversos de la inyección intraarticular de ácido hialurónico en una única dosis en la artrosis de rodilla.
Método: Entre febrero de 2008 y diciembre de 2010, cuarenta y ocho (48) pacientes (varones = 21, mujeres = 27) con artrosis de rodillas se inscribieron en este estudio prospectivo. Estos pacientes no habían respondido adecuadamente al tratamiento conservador, incluidos analgésicos y modalidades de rehabilitación. Los criterios de inclusión fueron: 1) Dolor en reposo en escala visual analógica de >50 mm y 2) Evidencia radiográfica de osteoartritis y al menos una de las siguientes tres características: edad ≥50 años, rigidez matutina ≤ 30 min de duración y crepitación gruesa en movimiento (según las pautas del Colegio Americano de Reumatología de 1986). Se documentó la puntuación funcional según WOMAC y VAS para el dolor en reposo y durante la marcha. La satisfacción del paciente se documentó según la escala de Linkert. El análisis objetivo incluyó la medición de la flexión-extensión de la rodilla, la circunferencia a nivel de la bolsa suprapatelar y el cambio en el ancho del espacio articular (articulación tibiofemoral). Los pacientes recibieron una única inyección de Synvisc-One (que consistía en 6 ml de hilano GF 20). Los pacientes fueron evaluados al mes, a los 3 meses y a los 6 meses posteriores a la inyección y se realizó un análisis final al año. Se permitió el uso de paracetamol únicamente cuando fuera necesario para la analgesia concomitante, pero no se permitió en el momento de la evaluación clínica.
Resultados: La edad media de los pacientes fue de 65 ± 5 años; la duración media de los síntomas fue de 5,4 ± 1,5 años y el índice de masa corporal (IMC) medio fue de 29,1 kg/m2. En el 69% de los pacientes se vieron afectadas las rodillas bilaterales. El 70% y el 31,5% de los pacientes presentaron hinchazón y derrame de rodilla, respectivamente. Todos los pacientes estuvieron disponibles en el seguimiento final. El dolor en reposo y al caminar según la escala visual anatómica mejoró significativamente con respecto al valor inicial después de la inyección (45 de 70 y 50 de 82, respectivamente). Se observó una mejora significativa del dolor y la discapacidad según las puntuaciones WOMAC. Se registraron los eventos adversos, que incluyeron dolor e hinchazón locales, enrojecimiento leve y/o derrame en la rodilla. Según la “puntuación de la Knee Society”, la eficacia general se consideró excelente en el 55%, satisfactoria en el 43% y deficiente en el 2%. Los efectos beneficiosos se mantuvieron hasta los 6 meses, pero volvieron a los valores iniciales en el último seguimiento al año. Se observó una mejoría sustancial en la flexión-extensión de la rodilla y en la hinchazón de la rodilla (p<0,05), pero no se observó ningún cambio en el ancho del espacio articular.
Conclusiones: Este estudio confirmó la eficacia terapéutica y la seguridad de la inyección intraarticular de ácido hialurónico en una sola dosis para el tratamiento de la osteoartritis de rodilla. El alivio del dolor y la mejoría funcional duran hasta 6 meses. El procedimiento se tolera bien y se asocia con muy pocos eventos adversos locales. Se reduce la necesidad de analgesia concomitante.
Umesh Kumar Meena, Anil Kumar Sharma, Prateek Behera, Piyush Kumar Kanani, Devendra Singh
Los reclutas del ejército son propensos a sufrir lesiones del sistema musculoesquelético, principalmente debido al aumento repentino de las actividades físicas. Si bien las fracturas por estrés de los metatarsianos, la tibia y otros huesos de las extremidades inferiores, así como las lesiones de los tendones, son comunes, no se ha informado en la literatura sobre la avulsión del tendón del tríceps en un recluta del ejército. Como tal, la avulsión del tendón del tríceps es una lesión poco común. Informamos sobre el caso de un recluta del ejército de 24 años que sufrió una avulsión del tendón del tríceps durante el entrenamiento y que inicialmente no se detectó. Lo manejamos quirúrgicamente utilizando suturas no absorbibles de Ethibond. El paciente recuperó su rango completo de movimiento del codo y al cabo de un año no tenía limitaciones funcionales. Un médico debe tener un alto grado de sospecha para evitar un diagnóstico tardío y una discapacidad prolongada. La reparación quirúrgica de las rupturas completas utilizando suturas transóseas conduce a excelentes resultados funcionales y probablemente sería el mejor método para tratar estas lesiones.
Purushothama Sastry, Sujana Theja JS, Supreeth N y Arjun Markanday
Introducción: Las fracturas del calcáneo, llamadas fracturas del amante, se fracturan comúnmente debido a una caída desde una altura. El calcáneo es el hueso del tarso que se fractura con más frecuencia. Las fracturas del hueso del tarso representan aproximadamente el 2% de todas las fracturas en adultos. De estas, el 60% son fracturas del calcáneo. El hueso del talón a menudo se lesiona en una colisión de alta energía donde también se lesionan otras partes del esqueleto. En hasta el 10% de los casos, el paciente también puede sufrir una fractura de la columna vertebral, la cadera o el otro calcáneo. Las lesiones en el calcáneo a menudo dañan la articulación subastragalina y hacen que la articulación se vuelva rígida. Esto dificulta caminar en terrenos irregulares o superficies inclinadas. Informe de caso: Un hombre de 24 años, que trabajaba como operador de ascensor, se presentó al servicio de urgencias del hospital después de que el ascensor se averió y cayó en caída libre desde una altura de aproximadamente 4 pisos (35 pies). Se presentó junto con los demás ocupantes del ascensor, que también sufrieron fracturas de calcáneo. El caso, al llegar, fue sometido al protocolo ATLS y se le realizó un estudio radiológico. Después de un período de 12 días después del traumatismo, fue operado por fracturas de calcáneo bilaterales y fue dado de alta 10 días después de la operación. Conclusión: Las fracturas de calcáneo siguen transitando la delgada línea entre el tratamiento quirúrgico y el conservador. En un individuo joven, es probable que un tratamiento quirúrgico brinde un mejor resultado, ya que los problemas de tejidos blandos asociados, que se encuentran comúnmente, producen un mejor resultado y tasas de curación más rápidas. El uso de la reducción cerrada ayuda a aliviar aún más la necesidad de preocuparse por la curación de la herida.
Mohamad Gouse, Subin Babu, Ravichand Ismavel y Korulla Mani Jacob
Un defecto óseo segmentario causado por una fractura expuesta es un problema desalentador de tratar y las opciones de tratamiento tradicionales que se practican actualmente para tratar tales afecciones incluyen injerto óseo alo o autólogo, osteogénesis por distracción e inducción de membrana. Con poca frecuencia, el curso del tratamiento se complica por falta de unión e infección, lo que requiere múltiples procedimientos en etapas que pueden afectar el resultado funcional. Presentamos un caso de un caballero de 25 años que había sufrido una fractura de fémur distal conminuta aislada de tipo III A abierta con una parte del fémur distal diafisario que sobresalía del cuerpo sin tejido blando adherido. Su radiografía simple mostró una fractura conminuta de fémur distal AO C3. Después del desbridamiento, el fragmento diafisario que sobresalía se lavó y limpió con solución salina normal y se retuvo dentro del cuerpo. La extremidad se estabilizó con un fijador externo y 48 horas después se lo llevó para un segundo desbridamiento en el que se realizó una fijación interna estable que retuvo el fragmento extruido. Después de la operación, se recuperó bien sin complicaciones de la herida ni infecciones superficiales o profundas. Las radiografías de seguimiento mostraron que el hueso se fusionó con una unión sin incidentes y en los siguientes 3 años, el rango de movimiento de la rodilla fue de 0 a 130 grados. Su puntaje funcional de la extremidad inferior fue (LEFS) 74. Este caso es para resaltar la importancia de una visión juiciosa en momentos en que el desbridamiento es el tema de preocupación, teniendo en cuenta que todas las opciones reconstructivas están disponibles. El resultado de otros procedimientos reconstructivos por etapas para cubrir dicha pérdida ósea es mucho más tedioso y seguramente tendrá un resultado mucho menos eficaz que lo que se ha descrito aquí. Este informe también describe otra literatura sobre la opción disponible para dicha condición.
Suresh Raghavaiah, Hardev Ramandeep Singh Girn, Parshotam Lal Gautam y Siddarth Prakash
La mayoría de las lesiones hepáticas después de un traumatismo abdominal cerrado se tratan actualmente mediante tratamiento no quirúrgico (NOPM)1-3. La hemorragia tardía que requiere intervención quirúrgica es una de las principales complicaciones después de NOPM3. Informamos del caso de un hombre joven que sufrió una exanguinación letal tardía después de NOPM de una lesión hepática de alto grado y revisamos la literatura disponible sobre el tratamiento del traumatismo hepático de alto grado.