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Revista de Enfermedades Infecciosas y Medicina

Neuroinfecciones

Las enfermedades infecciosas del sistema nervioso se encuentran entre las formas más comunes de trastornos neurológicos, su porcentaje en la estructura de la patología general del sistema nervioso es de aproximadamente el 40%. En los últimos años las capacidades de diagnóstico de neuroinfecciones han mejorado considerablemente. Hay infecciones agudas (meningitis, encefalitis), subagudas y crónicas persistentes (aracnoiditis, arahnoentsefality) del sistema nervioso central. Según el factor etiológico (causa de la enfermedad) distinguimos daño cerebral viral, bacteriano, fúngico y protozoario (p. ej., toxoplasmosis). Todas las infecciones agudas del sistema nervioso central (meningitis, encefalitis) son urgentes y los enfermos deben ser trasladados inmediatamente al hospital. Por eso, si un paciente presenta una serie de síntomas perturbadores como fiebre repentina, dolor de cabeza, vómitos, fotofobia, convulsiones y, especialmente, si el día anterior sufrió un resfriado intenso u otras infecciones, este es un motivo para consultar a un médico inmediatamente o llamar al equipo de "primeros auxilios". En el hospital, al paciente generalmente se le realiza una punción lumbar para que los médicos puedan estudiar el LCR (líquido cefalorraquídeo) para detectar cambios inflamatorios y determinar agentes virales y bacterianos, y una resonancia magnética del cerebro. A partir de los resultados del estudio, el médico determina la táctica de tratamiento del paciente. La neuroinfección crónica persistente se presenta con mayor frecuencia en forma de aracnoiditis o arahnoentsefalita y, a menudo, tiene una etiología viral. Se manifiestan por dolor de cabeza persistente, temperatura subfebril, sudoración intensa y debilidad general, fatiga crónica, visión doble, inestabilidad al caminar, náuseas y vómitos por la mañana. La infección del sistema nervioso central se confirma necesariamente mediante la detección en la resonancia magnética de cambios inflamatorios en el cerebro o las membranas, signos de hipertensión intracraneal en el fondo de ojo, así como parámetros inmunológicos específicos de la sangre. Muy importante es la identificación del agente causante de las enfermedades infecciosas del cerebro. Para ello se utiliza el estudio del contenido en sangre de inmunoglobulinas (anticuerpos) contra los principales patógenos de las neuroinfecciones: virus del herpes simple de tipos 1 y 2, citomegalovirus, varicela zoster, virus de Epstein-Barr, toxoplasma, etc. (El llamado grupo de infecciones TORCH). Gracias al desarrollo y la introducción en la práctica clínica de potentes fármacos antivirales y antibacterianos e inmunoglobulinas, la calidad de la atención a los pacientes con enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central mejoró significativamente. El neurólogo de la práctica ambulatoria a menudo se ocupa de neuroinfecciones virales crónicas indolentes y efectos de neuroinfecciones previamente agudas. Los fenómenos residuales de las neuroinfecciones a menudo se manifiestan en el síndrome de hipertensión de diferente gravedad (aumento de la presión intracraneal), así como en el síndrome asténico-vegetativo, que reduce en gran medida la capacidad para trabajar y la calidad de vida.

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