Toda la patología de la malaria se debe a la multiplicación de parásitos en los eritrocitos. El ataque primario de malaria comienza con dolor de cabeza, fiebre, anorexia, malestar general y mialgia. A esto le siguen paroxismos de escalofríos, fiebre y sudoración profusa. Puede haber náuseas, vómitos y diarrea. Estos síntomas no son inusuales en una enfermedad infecciosa y es por esta razón que a la malaria se le llama frecuentemente “El Gran Imitador”.
Dependiendo de la especie, los paroxismos tienden a asumir una periodicidad característica. En P. vivax, P. ovale y P. falciparum la periodicidad es de 48 h y para P. malariae la periodicidad es de 72 h.