La nefrología clínica implica el tratamiento médico de enfermedades y afecciones renales. Esto puede implicar trabajar con otras áreas del cuerpo que también están influenciadas por los riñones.
Los problemas renales pueden provocar desequilibrios de electrolitos en el torrente sanguíneo, lo que provoca síntomas graves que incluyen exceso de líquido en los tejidos, confusión mental o latidos cardíacos irregulares. La nefrología clínica también puede ayudar a los pacientes que tienen presión arterial alta, porque la hipertensión puede ser destructiva para los riñones.
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