Sivasubramaniyan V y Venkataramaniah K
Objetivo: Este análisis prospectivo de los hallazgos de las exploraciones óseas realizadas para la evaluación de fracturas esqueléticas se realizó para comparar los hallazgos de la exploración ósea de triple fase y la caracterización gammamétrica por la relación de retención del Dr. V. Siva en la evaluación de la fractura esquelética.
Materiales y métodos: En esta población de estudio total de 39, había 19 hombres y 20 mujeres. Las 3 fases se adquirieron inmediatamente después de la inyección intravenosa de 25 mCi de Tc99m MDP de manera dinámica centrada sobre el sitio de la fractura. Se utilizó la cámara gamma de doble cabezal e-Cam. La imagen de fase esquelética estática y las imágenes de la exploración ósea de cuerpo entero de 4 h se adquirieron 4 h después de la inyección. Las imágenes se procesaron y los resultados se tabularon. La imagen de fase esquelética estática de 24 h se adquirió al día siguiente. Las relaciones de retención de 4/24 h del Dr. V. Siva se calcularon utilizando el protocolo de relación de regiones y se tabularon.
Resultados: El análisis de la gammagrafía ósea en tres fases reveló que 18/39 (46 %) eran de naturaleza maligna y 21/39 (54 %) eran de causas benignas o no malignas. La caracterización gammamétrica de las lesiones malignas según la relación de retención del Dr. V. Siva fue de 12,8 ± 1,79 y la de las lesiones no malignas fue de 5,8 ± 2,41, lo que indica la gran diferencia entre los dos grupos. El análisis estadístico también confirmó la diferencia significativa entre los dos grupos. Hubo una concordancia absoluta entre los hallazgos de la gammagrafía ósea en tres fases y la caracterización gammamétrica según la relación de retención del Dr. V. Siva en 30/39 = 77 % de los pacientes y la discordancia entre los dos se observó en 9/39 = 23 % de los pacientes. Conclusión: Se puede concluir que la caracterización escintimétrica del sitio de la fractura mediante la relación de retención del Dr. V. Siva junto con los hallazgos de la gammagrafía ósea de triple fase ayudan a la identificación adecuada del proceso patológico subyacente en hasta un 23% del estudio.
Timothy Gutiérrez, Vaidehi Agrawal y Vanessa Shifflette
Antecedentes: Entre los pacientes con traumatismos, las lesiones genitourinarias se producen en el 2%-5% de los casos, siendo el riñón el que presenta la mayor incidencia de afectación. Las lesiones renales de grado IV/V suelen asociarse con hallazgos que requieren intervención. Sin embargo, se ha descrito el tratamiento no quirúrgico incluso en casos graves. Nuestro objetivo es presentar nuestra experiencia en traumatismos renales en la población de pacientes con traumatismos cerrados.
Métodos: Realizamos una revisión retrospectiva de las historias clínicas de todos los pacientes con traumatismos desde el 1 de abril de 2010 hasta el 31 de marzo de 2015. Se identificaron aquellos que sufrieron traumatismo renal y se registraron los datos demográficos de los pacientes, los parámetros de la lesión (grado de la lesión, puntuación de gravedad de la lesión-ISS, causa y mecanismo de la lesión), el tratamiento quirúrgico frente a no quirúrgico, los resultados (duración de la estancia hospitalaria-HLOS, duración de la estancia en la UCI-ILOS) y el alta (mortalidad o disposición).
Resultados: 8.054 pacientes fueron admitidos en el MDMC, de los cuales 112 cumplieron con nuestros criterios de inclusión con 94 grados de lesiones renales. Se observó manejo quirúrgico renal en el 6% de los pacientes con colocación de stent ureteral (un grado I), nefrorrafia (un grado II), nefrectomía (dos grado V, un grado IV) y reparación de la vena renal (un grado IV). El manejo no quirúrgico de la lesión renal ocurrió en el 94% de los casos.
Conclusión: Las lesiones de bajo grado responden bien al tratamiento no quirúrgico. Sin embargo, las lesiones de grado IV/V pueden ser difíciles de tratar. Se observa una preocupación importante con la presencia de una lesión vascular o pelvicalicial importante. Las técnicas mínimamente invasivas mediante radiología intervencionista, cirugía vascular o urológica son ideales cuando es posible. En conclusión, el tratamiento no quirúrgico para todos los grados de lesiones renales, a pesar de la gravedad, es adecuado para el paciente con trauma hemodinámicamente estable.
Sam Nahas, Clarence Yeoh y Hagen Jahnich
La parálisis en mochila es una lesión poco frecuente, probablemente causada por la tracción prolongada de las correas de una mochila sobre el plexo braquial. Presentamos el caso de un paciente con debilidad indolora y pérdida de sensibilidad en el brazo. La familiaridad con el diagnóstico diferencial de la debilidad insidiosa e indolora del hombro es esencial para el tratamiento de los pacientes con parálisis en mochila. Estos pacientes deben ser tratados de manera expectante y controlados de cerca.
Susan Stevens
La teoría de Carper se utiliza para explicar e ilustrar formas de conocimiento en la psicoterapia y la práctica clínica. Se destaca la expansión de la teoría de Carper por parte de White y Munhall, en particular el patrón de desconocimiento, para explorar la intervención psicoterapéutica con el fin de ilustrar el contexto, la intersubjetividad y las nuevas perspectivas que conducen a la confianza y el cambio. Un encuentro creativo que utiliza la poesía en la psicoterapia con una cuidadora en duelo que posteriormente se convierte en viuda brinda una lección sobre la esperanza frente a la desesperanza y se utiliza para dilucidar el proceso de cómo uno lucha con la desesperación para ceder al retorno de la esperanza. Se explora el potencial de crecimiento a través de la mutualidad y la reciprocidad tanto para el paciente como para la enfermera, tal como se integra en el contexto de las relaciones curativas. La narrativa y el análisis integrados del caso incluyen la experiencia de una enfermera psiquiátrica durante un período de un año.
Jerrod Brown, Brooke Luckhardt, Diane Harr, Thomas Poser y Amanda Fenrich
Las lesiones cerebrales traumáticas (LCT), conocidas como una “epidemia silenciosa”, son alteraciones de las funciones cerebrales normales causadas por una fuerza externa en la cabeza (Center for Disease Control, 2017). Las LCT, que varían de naturaleza leve a grave, pueden provocar cambios físicos, cognitivos, emocionales, sociales, de personalidad, adaptativos y conductuales en una persona. Estos síntomas devastadores hacen que las personas con LCT tengan una probabilidad desproporcionada de verse involucradas en el sistema de justicia penal. Una vez arrestados, los síntomas de LCT dificultan la toma de decisiones legales importantes, ser juzgados y cumplir con las condiciones de la libertad condicional, lo que resulta en un riesgo elevado de nuevos arrestos en relación con las personas sin LCT. A pesar de estas dificultades, los agentes de libertad condicional tienen el potencial de ayudar a mejorar los resultados para los clientes con LCT. En particular, estos profesionales pueden ayudar a garantizar que los clientes con LCT sean remitidos a una evaluación y un diagnóstico adecuados, una supervisión individualizada que tenga en cuenta sus fortalezas y debilidades, y que reciban el tratamiento y la asistencia médica adecuados. Como tal, este artículo tiene como objetivo generar conciencia sobre los desafíos que plantea el traumatismo craneoencefálico en un entorno de libertad condicional y ofrecer consejos, estrategias y soluciones para los oficiales de libertad condicional que trabajan con esta clientela.
Nidhi Agarwal y Manpreet Kour
Introducción: La revascularización es una nueva modalidad de tratamiento y una opción de tratamiento muy valiosa para dientes necróticos inmaduros con ápice abierto.
Métodos: Un niño de 8 años con un incisivo central superior derecho traumatizado. Los exámenes clínicos y radiográficos revelaron una fractura de corona sin complicaciones, dolor a la palpación y radiolucidez periapical con raíz inmadura. Se planificó la revascularización para tratar el diente. El conducto radicular del diente se irrigó con NaOCl al 2,5%, seguido de 2 semanas de pasta antibiótica triple (metronidazol, ciprofloxacino y minociclina). Luego se retiró la pasta antibiótica, se indujo el sangrado y se selló la cavidad con MTA.
Resultados: En los exámenes clínicos y radiográficos en las visitas de seguimiento, el diente estaba asintomático y funcional, la radiolucidez periapical se curó y la continuó desarrollándose con el foramen apical se estrechó.
Conclusión: La revascularización es un tratamiento eficaz para dientes necróticos inmaduros. Además, la pasta antibiótica triple proporciona un entorno estéril para la regeneración.
Ghassan S Abu-Sitta, Riad Ma'luf, Joe Baroud, Rawad Chalhoub, Christopher Hakim y Ramzi Maluf
Introducción: Los pacientes heridos de guerra procedentes de Siria son trasladados constantemente al Líbano para recibir tratamiento después de realizar un cierre primario rudimentario de sus heridas en la zona de combate.
Presentación de casos: Los casos presentados a continuación representan algunos de los casos extremos de presentación tardía del trauma periocular y las adaptaciones que los cirujanos reconstructivos tuvieron que hacer para las técnicas convencionales.
Conclusión: Describimos en nuestro artículo técnicas modificadas para reconstruir presentaciones tardías de lesiones perioculares secundarias a traumas de guerra en Líbano y Siria.
Anastasia Vyacheslavovna Anisimova, Sergey Sergeevich Galkin y Tatyana Ivanovna Kolesnikova
Se examinaron 89 pacientes con accidente cerebrovascular isquémico (ACV) (edad media 58,54 (55,05, 64,73)), 42 de ellos con terapia trombolítica sistémica (TLT) (edad media 64,26 )60,58; 68,06)) y 47 pacientes con ACV sin TLT (54,52 (47,48, 60,83)). En el subgrupo de gravedad moderada (de 7 a 14 puntos en NIHSS) se incluyeron 13 pacientes después de TLT, de gravedad grave (más de 15 puntos para NIHSS) se incluyeron 29 pacientes después de TLT. La determinación de la hemostasia plaquetaria se realizó por el método de Born y O'Brien con la determinación de la agregación, tamaños de agregados plaquetarios para adrenalina, à °denosina difosfato (ADP), ristomicina, agregación espontánea y concentraciones de fibrinógeno en los días 1, 7 y 14. La evaluación clínica de la gravedad de la condición se realizó según la escala NIHSS. Características específicas de los cambios en la hemostasia plaquetaria en inductores (adrenalina, ristomicina, ADP) en pacientes con IS después de TLT a 1, 7 y 14 días en comparación con los índices de pacientes sin TLT y su relación con la dinámica del déficit neurológico, que permiten aclarar las características del proceso de flujo vascular, su pronóstico.
Faribrz Rezaeitalab, Amir Rezaei Ardani, Yalda Ravanshad, Fariba Rezeetalab, Saeideh Anvari Ardakani, Mohammad Reza Sobhani, Farahnaz Neurbakhsh y Hadi Abbasi
Introducción: Si bien el síndrome de piernas inquietas (SPI) es un trastorno del movimiento relacionado con el sueño común que tiene un impacto negativo en el sueño, la calidad de vida y la salud, puede permanecer infradiagnosticado durante años. Este estudio tiene como objetivo evaluar el SPI en veteranos militares con trastorno de estrés postraumático (TEPT) que sufren trastornos del sueño.
Material y métodos: Treinta y un veteranos militares iraníes de sexo masculino con diagnóstico de TEPT participaron en este estudio. Ninguno de ellos tenía diabetes, enfermedad de Parkinson ni insuficiencia renal ni tomaba medicamentos que afectaran el síndrome de piernas inquietas. Se evaluaron la somnolencia diurna, la ansiedad y la depresión, la gravedad del síndrome de piernas inquietas y el riesgo de apnea obstructiva del sueño (AOS) mediante cuestionarios estándar.
Resultados: La edad media fue de 51,6 ± 6,1 años. La queja más frecuente fue la dificultad para conciliar el sueño. Ocho individuos (25,5% de los participantes) presentaron síndrome de piernas inquietas (RLS). Todos ellos tenían evidencia de AOS según el cuestionario STOP-BANG. La gravedad del RLS no se asoció con somnolencia, síntomas depresivos e índice de masa corporal (IMC), pero sí con síntomas de ansiedad.
Conclusión: El síndrome de piernas inquietas (RLS) debe tenerse en cuenta en veteranos con trastorno de estrés postraumático (TEPT), particularmente en aquellos con trastornos del sueño, incluidos insomnio, movimientos relacionados con el sueño y apnea del sueño.
José Manuel Ortega Zufiría, Pilar Jerez Fernández, Jorge Zamorano Fernández., Martín Tamarit Degenhardt, Pedro Poveda Núñez y Remedios López Serrano
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es un evento muy frecuente, asociado a una tasa de morbilidad muy elevada. Además, el TCE leve consume muchos recursos, tanto humanos como económicos. El objetivo de este estudio fue describir una serie amplia de pacientes adultos con TCE leve, tratados en el Hospital Universitario de Getafe, entre 2010 y 2015 (n=2480), estudiando el perfil epidemiológico y analizando el diagnóstico y tratamiento, para establecer los principales factores pronósticos que influyen en el resultado final. Realizamos un estudio retrospectivo, revisando la historia clínica. El TCE leve es más frecuente en varones, y el mecanismo causal más frecuente es el accidente de tráfico, en nuestra región. Proponemos un modelo de clasificación de los pacientes según grupos de riesgo, que los divide en riesgo bajo, intermedio o alto, que se correlaciona bien con el resultado final. Estudiamos la indicación de radiografía de cráneo y tomografía computarizada (TC), así como el ingreso hospitalario para observación clínica.
En este estudio, la presencia de foco neurológico en la exploración clínica, la existencia de fractura en las radiografías simples, la edad y los trastornos de la coagulación se asocian a mayor probabilidad de desarrollar traumatismos intracraneales y peor pronóstico en pacientes que sufren lesiones traumáticas. La Escala de Coma de Glasgow es deficiente para determinar el desenlace del paciente que sufre TCE, ya que no considera factores como la amnesia o la pérdida de conciencia, muy frecuentes en pacientes que sufren traumatismo craneoencefálico leve.
Kazuhiko Sekine, Shokei Matsumoto, Tomohiro Funabiki, Yoko Sugawara, Jun-Ichi Sasaki y Mitsuhide Kitano
Introducción: La embolización transarterial (ETA) se ha utilizado como una técnica esencial en el manejo no quirúrgico (NOM) de lesiones hepáticas cerradas (BHI) severas, pero tiene un posible riesgo de isquemia y necrosis tisular, que puede afectar la recuperación hepática. El tejido hepático lesionado es encapsulado y absorbido por el tejido hepático intacto; por lo tanto, el proceso de curación requiere la formación de una pared que rodee el tejido lesionado. En este estudio, determinamos el impacto de la TAE en el proceso de curación hepática.
Pacientes y métodos: Revisamos pacientes hemodinámicamente estables (n = 35; hombres, 23; mujeres, 12; edad media, 32 años), ingresados ????en nuestros hospitales durante un período de 10 años, que se sometieron a NOM de BHI severa (Escala de la Asociación Americana para la Cirugía de Lesiones de Órganos Traumatizados, grados IV y V). Los datos recopilados incluyeron información demográfica, hallazgos de TC seriados, gravedad de las lesiones hepáticas que mostraban laceraciones (clasificación de segmentos hepáticos de Couinaud), ETA realizada por sangrado hepático activo y la cantidad de hemoperitoneo. Los factores extrahepáticos se evaluaron utilizando la Escala de Lesiones Abreviada para lesiones en la cabeza, la cara, el tórax y las extremidades. El tiempo que tardan los segmentos lesionados en encapsularse se obtuvo individualmente a partir de TC seriadas. Se utilizaron análisis de regresión de Cox y Kaplan-Meier para identificar los factores de riesgo asociados con la curación tardía entre los factores hepáticos y extrahepáticos mencionados anteriormente.
Resultados: Los factores de riesgo se asociaron de forma independiente y significativa con la ETA (odds ratio, 2,45; intervalo de confianza del 95%, 1,01-5,92; p = 0,047). El análisis multivariable indicó que los pacientes que se sometieron a TAE tardaron 2,45 veces más tiempo en lograr la encapsulación hepática que aquellos que no se sometieron a TAE y que los factores extrahepáticos no se correlacionaron con el tiempo hasta la encapsulación.
Conclusión: La TAE para la hemorragia hepática activa resultó en una recuperación tardía de la BHI, independientemente de los factores extrahepáticos.