Jerrod Brown, Brooke Luckhardt, Diane Harr, Thomas Poser y Amanda Fenrich
Las lesiones cerebrales traumáticas (LCT), conocidas como una “epidemia silenciosa”, son alteraciones de las funciones cerebrales normales causadas por una fuerza externa en la cabeza (Center for Disease Control, 2017). Las LCT, que varían de naturaleza leve a grave, pueden provocar cambios físicos, cognitivos, emocionales, sociales, de personalidad, adaptativos y conductuales en una persona. Estos síntomas devastadores hacen que las personas con LCT tengan una probabilidad desproporcionada de verse involucradas en el sistema de justicia penal. Una vez arrestados, los síntomas de LCT dificultan la toma de decisiones legales importantes, ser juzgados y cumplir con las condiciones de la libertad condicional, lo que resulta en un riesgo elevado de nuevos arrestos en relación con las personas sin LCT. A pesar de estas dificultades, los agentes de libertad condicional tienen el potencial de ayudar a mejorar los resultados para los clientes con LCT. En particular, estos profesionales pueden ayudar a garantizar que los clientes con LCT sean remitidos a una evaluación y un diagnóstico adecuados, una supervisión individualizada que tenga en cuenta sus fortalezas y debilidades, y que reciban el tratamiento y la asistencia médica adecuados. Como tal, este artículo tiene como objetivo generar conciencia sobre los desafíos que plantea el traumatismo craneoencefálico en un entorno de libertad condicional y ofrecer consejos, estrategias y soluciones para los oficiales de libertad condicional que trabajan con esta clientela.
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