La medicina nuclear tiene aplicaciones en un amplio espectro de enfermedades, centrándose particularmente en oncología, cardiología, nefrourología, ortopedia, reumatología y neuropsiquiatría. Las terapias de medicina nuclear para el linfoma, los huesos, el hígado y las neoplasias malignas neuroendocrinas están avanzando rápidamente. Las técnicas de medicina nuclear en oncología pueden localizar tumores primarios, delinear la extensión de la enfermedad y monitorear la respuesta al tratamiento. El tratamiento con radionúclidos se utiliza en el hipertiroidismo, el cáncer de tiroides, el alivio del dolor óseo y los tumores de la cresta neural.
Las aplicaciones de la medicina nuclear en el tratamiento de diversos trastornos con diferentes técnicas, como las imágenes de perfusión miocárdica, mapean el flujo sanguíneo al corazón, ayudan a detectar enfermedades cardíacas y determinar el curso de tratamiento más eficaz. Las gammagrafías óseas pueden detectar la propagación del cáncer entre seis y 18 meses antes que las radiografías. Las exploraciones renales son mucho más sensibles que las radiografías o las ecografías para evaluar completamente la función renal. Las imágenes con tecnecio-99 radiactivo pueden ayudar a diagnosticar infecciones óseas en la etapa más temprana posible. Los procedimientos de diagnóstico de la Medicina Nuclear implican cantidades muy pequeñas de radioisótopos. La terapia de medicina nuclear es un tratamiento eficaz y seguro para determinadas afecciones. La terapia de medicina nuclear se usa para tratar la glándula tiroides hiperactiva o los cánceres de tiroides. La terapia de medicina nuclear permite realizar diagnósticos médicos rápidos, seguros, tempranos y más precisos.
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Medicina Nuclear y Biología