Albená Nunes-Silva y Leandro Ceotto Freitas-Lima
La importancia del ejercicio ha sido ampliamente aceptada por el público, las organizaciones profesionales y la comunidad médica, y recientemente ha aumentado el número de personas en todo el mundo que practican actividad física regular día a día. La actividad física es un requisito primario para el mantenimiento y la promoción de la salud. Sin embargo, el ejercicio intenso induce un aumento en la utilización de sustratos por parte de los músculos que trabajan, lo que resulta en un mayor uso de oxígeno. Este aumento en el consumo de oxígeno combinado con la activación de vías metabólicas específicas durante o después del ejercicio da como resultado la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS). Estas sustancias se producen de forma natural mediante procesos metabólicos oxidativos y son altamente reactivas. Las ROS pueden ser útiles en algunas situaciones; por ejemplo, los macrófagos utilizan peróxido de hidrógeno para destruir bacterias. Las ROS aumentan durante el ejercicio de alta intensidad y su producción está relacionada con un gran número de enfermedades, como el enfisema, las enfermedades inflamatorias, la aterosclerosis, el cáncer y el envejecimiento. Durante la evolución, los órganos vivos desarrollaron un mecanismo endógeno para minimizar el daño causado por las ROS, denominado sistema de defensa antioxidante. El desequilibrio entre la producción de ROS y la eliminación de estos compuestos por el sistema de defensa antioxidante causa una condición conocida como estrés oxidativo. Esta interesante paradoja se ejemplifica con la hipótesis de que los ejercicios físicos que se sabe que promueven estándares adecuados de salud también están relacionados con el aumento de la producción de ROS, que a su vez se correlacionan estrechamente con varias enfermedades. Publicaciones recientes han demostrado que los ROS producidos por el ejercicio en cantidades adecuadas pueden estar relacionados con los beneficios del ejercicio, tanto para la salud como para el rendimiento deportivo. Por lo tanto, el objetivo de este artículo es examinar la estrecha asociación entre el ejercicio físico y la producción de ROS a través de una extensa revisión de la literatura.
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