Rohit Vijayan1, Abhinandan S Punit
El ligamento cruzado anterior (LCA) desempeña un papel importante en la estabilización de la articulación de la rodilla. Tiene una arquitectura compleja formada por
fibras de colágeno, lo que lo hace muy adecuado para guiar los movimientos, especialmente para evitar traslaciones y rotaciones excesivas durante
las actividades funcionales. Sin embargo, durante la vida diaria y las actividades deportivas, las fuerzas sobre el LCA a veces superan su límite, lo que lleva a una rotura.
La reparación primaria del ligamento cruzado anterior fue un tratamiento popular a finales del siglo XIX, en particular, durante los años 70 y
80 en la línea de la reparación del ligamento colateral medial o del tendón de Aquiles; sin embargo, una reparación abierta del LCA rara vez permitía la curación debido a su posición intraarticular
y a la falta de formación de coágulos debido a la presencia de líquido sinovial.
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