La terapia dirigida o terapia molecularmente dirigida es una de las principales modalidades de tratamiento médico (farmacoterapia) para el cáncer, siendo otras la terapia hormonal y la quimioterapia citotóxica. Como forma de medicina molecular, la terapia dirigida bloquea el crecimiento de las células cancerosas al interferir con moléculas específicas necesarias para la carcinogénesis y el crecimiento del tumor,[1] en lugar de simplemente interferir con todas las células que se dividen rápidamente.