Giriyan SS, Chethana HD*, Sindhushree N, Agarwal A, Nirala NK y Bajpai R
Introducción: La sangre es esencial para la vida. Contiene componentes celulares y plasma que suministran oxígeno y nutrientes a diferentes partes del cuerpo. La transfusión de sangre y componentes sanguíneos es una parte integral de la práctica de la atención médica. Muchas veces habrá un uso imprudente de la sangre y sus productos entre los pacientes, lo que causa una carga innecesaria para los pacientes y para el banco de sangre. El objetivo principal de este estudio es evaluar el patrón de utilización de la sangre y los componentes sanguíneos en el Instituto de Ciencias Médicas de Karnataka. Materiales y métodos: Este fue un estudio retrospectivo realizado durante un período de 1 año desde enero de 2015 hasta diciembre de 2015. Los datos necesarios se recopilaron de los registros del banco de sangre. Resultados: Las unidades de sangre totales recolectadas fueron 13.378. Las unidades utilizadas fueron 12.555. La sangre completa fue el producto más utilizado, seguido de PRBC, FFP y el producto menos utilizado fueron los concentrados de plaquetas. Las salas de ginecología fueron las principales beneficiadas del suministro de sangre en este estudio. Conclusión: La formulación de pautas estrictas para las prácticas de transfusión mejorará el uso apropiado de un recurso precioso. La evaluación periódica del patrón de utilización y la demanda de diferentes productos sanguíneos también ayuda a mantener las existencias de sangre.
Yutaka Tsutsumi*, Shinichi Ito, Ryo Kikuchi, Satomi Matsuoka y Takanori Teshima
Objetivo: El objetivo de este estudio es analizar el factor de riesgo de reacción relacionada con la infusión (IRR) debido al tratamiento con rituximab en pacientes con linfoma no Hodgkin de células B. Métodos: Se realizó un análisis retrospectivo de los pacientes con linfoma no Hodgkin de células B de reciente diagnóstico que recibieron quimioterapia con rituximab. Se calcularon varios factores con citocinas en los pacientes. El valor de AP < 0,05 es significativo. Resultados: Se incluyeron 18 pacientes en el análisis. La mayoría de los pacientes eran linfoma difuso de células B grandes o linfoma folicular. Seis pacientes tuvieron una IRR. TNF-α, IL6, IL8, sIL-2R, preadministración de prednisolona no se observaron diferencias significativas. Síntoma B, PCR, género mostraron diferencias significativas en este análisis (síntoma B: P = 0,0139, género: P = 0,014, PCR: P = 0,0354). Conclusión: Los síntomas B, la PCR y el género podrían ser factores de riesgo importantes para la aparición de IRR. Las citocinas específicas no se correlacionaron con la IRR. Es necesaria una observación cuidadosa para detectar IRR durante la administración de rituximab en pacientes con linfoma no Hodgkin de células B con síntomas B y PCR positiva.
Al-Sweedan S*, Siddiqui K, Jafri R, Al-Ahmari A, Ayas M y Al-Seraihy A
Historiales médicos de 73 pacientes con LMA que se sometieron a TPH, 2005-2011. La SG fue del 51,8% y la SSE del 48%. La mediana del tiempo de seguimiento para la cohorte fue de 50,667 ± 2,4 meses (IC del 95%: 45,9-55,4). 39 pacientes estaban vivos con una mediana del tiempo de seguimiento de 50,1 meses (Mín: 1,8, Máx: 111,8). Dieciséis pacientes sobrevivieron durante más de 5 años (Mín: 65,2, Máx: 111,8 meses). La incidencia acumulada de EICH aguda fue de 6,8 ± 2,9 y de EICH crónica fue de 9,9 ± 3,6. La mediana del tiempo hasta el ANC y la recuperación plaquetaria fue de 16 días (rango 9-37) y 29 días (rango 15-180) respectivamente. Tres pacientes adquirieron infección por CMV después del trasplante. Hubo un impacto significativo de la edad del paciente al momento del diagnóstico en la supervivencia general (infantil: 100%, otros: 45,6% ± 6,4%, P = 0,016) y la supervivencia libre de eventos (infantil: 100%, otros: 40,6% ± 7,1%, P = 0,013). El porcentaje de blastos en el trasplante, el género de los pacientes o donantes, la fuente del donante y la disparidad de HLA no afectaron significativamente la SG o la SSE.
Villalba NL*, Merzouki T, González NS, Ortiz MBA, Kechida M, Bailon MM, Zamorano NF, Saint-Mezard V y Teguo MT
Presentamos el caso de un paciente masculino de 61 años con antecedentes de cáncer de páncreas en tratamiento quimioterápico que presentó un síndrome hemolítico urémico tras la administración de gemcitabina. La función renal empeoró progresivamente durante su estancia a pesar de las medidas generales y esteroides, llegando a fallecer el día 12 del ingreso.
Nagao M, Yoshioka Y, Saito T, Tsunemine H, Ito K, Kodaka T, Tsuji G, Watanabe K, Shimizu N* y Takahashi T*
La mononucleosis infecciosa (MI) es causada principalmente por el virus de Epstein-Barr (VEB), mientras que la MI por citomegalovirus (CMV) es bastante rara. En nuestra investigación clínica retrospectiva con análisis de PCR de virus multiplex, encontramos 6 casos de MI-CMV y analizamos las características clínicas, incluidos los problemas de diagnóstico. El diagnóstico de MI-CMV se realizó cuando el genoma del CMV se detectó únicamente en la sangre periférica del paciente mediante análisis de PCR de virus multiplex. Luego, se determinó la carga viral mediante PCR cuantitativa. Los exámenes serológicos virales fueron realizados por una empresa de laboratorio como pruebas de laboratorio de rutina. La señal de PCR específica para el genoma del CMV se obtuvo mediante PCR de virus multiplex en 6 pacientes, y la carga de CMV en sangre osciló entre 102 y 104 copias/ml. Los cuadros clínicos y los hallazgos de laboratorio de estos pacientes con MI-CMV fueron similares a los de MI-VEB en términos de fiebre, fatiga, morfología y número de linfocitos atípicos y disfunción hepática. En el examen serológico, un anticuerpo IgM contra CMV fue positivo en los 6 pacientes; Sin embargo, en todos los pacientes examinados también se observó un anticuerpo VCA-IgM contra el virus de Epstein-Barr (VEB), lo que compromete el diagnóstico diferencial serológico de la MI. Para realizar un diagnóstico exacto de la MI-CMV, es importante la detección directa del genoma del virus, y nuestro ensayo de PCR múltiple del virus puede ser muy útil en términos de rapidez y buena especificidad.
Destefani AC, Costa DS, Zanardo TEC y Taufner GH*
La enfermedad de células falciformes (ECF) es un trastorno de herencia autosómica recesiva que afecta al gen de la beta-globina y da como resultado la sustitución del aminoácido ácido glutámico por valina en la cadena β de la molécula de hemoglobina, produciendo eritrocitos con formas y funciones defectuosas. Una variedad de condiciones patológicas se asocian con la ECF, sin embargo, una en particular se destaca por su gravedad. El síndrome torácico agudo (STA), caracterizado por la presencia de infiltrados pulmonares asociados con un síntoma clínico como dolor torácico, tos, sibilancias, taquipnea y fiebre, se considera una de las principales causas de muerte en pacientes con enfermedad de células falciformes. El diagnóstico temprano y la introducción de un enfoque eficaz para las complicaciones son necesarios para mejorar los resultados y minimizar la morbilidad y la mortalidad asociadas.