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Revista de genética e investigación del ADN.

Genética del cáncer de piel: diagnóstico y tratamiento

Abstract

Shah Muzamil

Las enfermedades evolucionan junto con la evolución humana y desempeñan un papel importante en la salud. Junto con el desarrollo social y tecnológico, la humanidad también se enfrenta a grandes desafíos en el sector de la salud. Uno de estos desafíos es el cambio en la manifestación de las enfermedades, su cura y, obviamente, su efecto en los organismos vivos, especialmente los humanos, que ha empeorado con el paso del tiempo. Algunas de las enfermedades son fácilmente tratables ahora, mientras que otras aún plantean complicaciones. El cáncer de piel es uno de los cánceres más comunes y extendidos a pesar de los avances tecnológicos y médicos y exige una atención constante. Se clasifica en diferentes tipos según su lugar de origen y, por lo general, estos cánceres no se propagan a otras partes del cuerpo. Varios factores ambientales y genéticos contribuyen a su aparición, desarrollo y metástasis. Las personas con tono de piel rubio corren un riesgo supremo de verse afectadas por el melanoma. Considerando la importancia de esta enfermedad, la presente revisión se concentra en los diversos tipos de tumores de piel, sus manifestaciones, las causas detrás del desarrollo de la enfermedad y el tratamiento. Las mutaciones genéticas en las células somáticas o a nivel del feto juegan un papel importante en su establecimiento. Además, los factores ambientales también afectan las vías celulares normales al provocar alteraciones a nivel genético. Un análisis prudente de la genética puede conducir a una mejor comprensión de los genes clave involucrados en su establecimiento y, de este modo, el conocimiento pertinente puede utilizarse para diseñar enfoques de diagnóstico indoloros y precisos y terapias dirigidas avanzadas.

Cada vez que se expone a la radiación ultravioleta, a materiales peligrosos y a productos químicos corrosivos, existe una gran posibilidad de que se produzcan alteraciones estructurales y funcionales en las células de la piel, lo que a su vez conduce al cáncer de piel. Con el paso del tiempo, estos daños se vuelven más graves y peores. Las exposiciones repetidas aumentan aún más el riesgo de cáncer. A cualquier edad, muchos productos de protección solar ayudan a prevenir el cáncer de piel y el melanoma [1]. El cáncer de piel recibe su nombre del tipo de célula en el que se expande el cáncer. El carcinoma de células basales y escamosas son cánceres no melanoma, pero el melanoma es el tipo más grave de cáncer de piel. El melanoma incluye el tumor de células de Merkel y las dermatofibrosis comaprotruberans. Como todos los cánceres, el diagnóstico temprano del cáncer de piel da como resultado un mejor tratamiento. El área de la piel afectada por el cáncer se ve diferente de las otras partes del cuerpo. Incluso una pequeña imperfección debe tomarse en serio y es importante examinarla. El cáncer de piel generalmente se ve como una nueva imperfección. A veces aparece como una mancha que cambia de color, forma o tamaño [2]. En la población blanca, el cáncer de piel tipo melanoma (MSC) y el cáncer de piel tipo no melanoma (NMSC) son los principales tipos de cáncer de piel. La prevalencia del cáncer de piel ha alcanzado una magnitud epidémica. Estudios realizados recientemente sobre la población han demostrado que la tasa de incidencia del carcinoma de células basales en los hombres es superior al 2%, mientras que la del carcinoma de células escamosas es del 1%, y la tasa de nuevos casos de melanoma es de aproximadamente 50 por 100 000 habitantes.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado

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