Jiang Kewei*
El intestino humano está habitado por billones de microorganismos, conocidos colectivamente como la microbiota intestinal. Este complejo ecosistema está formado por bacterias, virus, hongos y otros microorganismos. La evidencia emergente sugiere que la composición y la funcionalidad de la microbiota intestinal desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y la progresión de la ECV. Este artículo explora los mecanismos a través de los cuales la microbiota intestinal influye en la ECV y analiza las posibles implicaciones terapéuticas. La inflamación crónica es un sello distintivo de muchas ECV, incluida la aterosclerosis. La microbiota intestinal ejerce una profunda influencia en el sistema inmunológico del huésped, modulando las respuestas inflamatorias. La disbiosis, un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, puede promover un estado proinflamatorio a través de varios mecanismos. Ciertas bacterias intestinales pueden producir LPS, una potente molécula proinflamatoria. Una sobreabundancia de LPS en el intestino puede provocar un aumento de la inflamación sistémica, lo que contribuye al riesgo de ECV.
Silvio Stephens*
La inflamación crónica es un factor clave en las enfermedades cardíacas. En este artículo se analizan los últimos avances en terapias antiinflamatorias, incluidos los inhibidores de IL-1β y la colchicina, que han demostrado eficacia en la reducción de eventos cardiovasculares en pacientes con antecedentes de infarto de miocardio. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de mortalidad en todo el mundo, y la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca son contribuyentes significativos. Si bien los factores de riesgo tradicionales, como la hipertensión, la diabetes y la dislipidemia, están bien establecidos en la patogenia de estas afecciones, cada vez hay más evidencia que sugiere que la inflamación desempeña un papel fundamental en el inicio y la progresión de las enfermedades cardíacas.