René Andrade–Machado
Introducción: Las convulsiones hipermotoras [HMS] se caracterizan por movimientos complejos de alta amplitud que involucran segmentos proximales del cuerpo y resultan violentos e inapropiados para el contexto.
Objetivo: Revisar las posibles zonas de inicio ictal relacionadas con el HMS y las áreas corticales que se cubrirían si se necesitaran registros invasivos.
Desarrollo: La semiología puede predecir la localización de la zona de inicio ictal. Se han descrito dos subtipos de HMS [tipo 1 y 2]. El HMS1 se asocia a una zona epileptogénica en la corteza frontal ventromedial y el HMS2 se ha asociado a una zona epileptogénica más dorsal que las que resultan en HSM1. Sin embargo, el HMS también puede originarse en el lóbulo temporal [mesial, neocortical o en el polo], en la corteza insular o incluso en el lóbulo parietal. El origen del HMS puede sospecharse por los signos asociados. Así, el HMS que se origina en las regiones de la ínsula y el opérculo puede asociarse a diversas auras somatosensoriales; en las convulsiones parietales, las sensaciones propioceptivas pueden preceder a la conducta hipermotora [HM], mientras que las auras autonómicas y emocionales incitan a pensar en el origen del lóbulo temporal.
Conclusión: Salvo en casos de epilepsia del lóbulo temporal lesional con resultados prequirúrgicos concordantes, todos los pacientes con HMS deben ser evaluados mediante registros intracraneales. Las auras, el subtipo de HMS, las áreas hipometabólicas mostradas por el estudio PET y la localización y el tipo de lesión observados en la RMN pueden ayudar a decidir qué estructuras deben cubrirse con electrodos de profundidad durante los registros invasivos.
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