La mayoría de los sistemas basados en el comportamiento también son reactivos, lo que significa que no necesitan programación de representaciones internas de cómo se ve una silla o sobre qué tipo de superficie se mueve el robot. En cambio, toda la información se obtiene de la entrada de los sensores del robot. El robot utiliza esa información para corregir gradualmente sus acciones de acuerdo con los cambios en el entorno inmediato. Los robots basados en el comportamiento (BBR) suelen mostrar más acciones de apariencia biológica que sus homólogos con uso intensivo de informática, que son muy deliberados en sus acciones. Un BBR a menudo comete errores, repite acciones y parece confundido, pero también puede mostrar la cualidad antropomórfica de la tenacidad. Las comparaciones entre BBR e insectos son frecuentes debido a estas acciones. Los BBR a veces se consideran ejemplos de inteligencia artificial débil, aunque algunos han afirmado que son modelos de toda inteligencia.