Maki Shigeyoshi
No existe un estándar mínimo acordado sobre lo que constituye una atención de enfermería competente y segura. Es difícil establecer un estándar mínimo debido a las restricciones impuestas por las organizaciones y los recursos limitados. El racionamiento de la atención de enfermería y la priorización de lo que se debe posponer, excluir u omitir es algo que ocurre a diario entre las enfermeras. Un nivel mínimo de atención sanitaria es un derecho de los pacientes en los países desarrollados donde la atención sanitaria pública se financia con impuestos; sin embargo, no está claro qué significa esto realmente para un paciente en particular. Como resultado, establecer un estándar mínimo de atención de enfermería sería beneficioso tanto para los pacientes como para las enfermeras. La claridad en esta área también es importante desde un punto de vista moral y legal. Para garantizar una atención de enfermería competente y segura, examinamos la necesidad de un estándar mínimo.
Neti Juniarti
En Australia, una de las naciones más ricas, la atención primaria de salud para adultos y niños está a cargo de enfermeras altamente capacitadas. Las enfermeras capacitadas localmente suelen trabajar en hospitales y clínicas privadas en ciudades de muchos países en desarrollo (como Bangladesh y China), mientras que los asistentes médicos legos y, ocasionalmente, los médicos brindan atención médica a las comunidades rurales. En los Estados Unidos, la atención de enfermedades crónicas está a cargo de enfermeras. Algunas enfermeras en el Reino Unido trabajan para médicos generales contratistas independientes, mientras que otras, como las visitadoras de salud, están adscritas a equipos de medicina general pero son pagadas y administradas por organizaciones de atención primaria. Han colaborado con los médicos generales durante mucho tiempo: los pacientes con problemas clínicos y sociales complejos reciben una mejor atención cuando estos profesionales de atención primaria se comunican bien.
Robert L. Vender* y Amanda Florey
Desde la primera descripción clínica de la enfermedad de fibrosis quística (FQ) en 1938, se han producido innumerables hitos en relación con la delimitación de la patogénesis de la enfermedad y el posterior tratamiento que continúan hasta el día de hoy. Esta revisión narrativa: 1) detalla los descubrimientos clave que han afectado significativamente la salud general de los pacientes con FQ, 2) correlaciona estos importantes avances específicamente con las observaciones clínicas de los proveedores del programa de FQ para adultos del Centro Médico Milton S. Hershey de Penn State Health (PSH-HMC) y 3) proporciona posibles direcciones futuras desde la aprobación regulatoria de las terapias con proteína reguladora de la conductancia transmembrana (CFTR) para la fibrosis quística. Con la disponibilidad de terapias moduladoras de CFTR altamente efectivas, los proveedores del centro de FQ para adultos del PSH-HMC han observado los siguientes cambios importantes en la salud y las vidas de los pacientes adultos con FQ, incluidos: 1) mejor supervivencia, 2) reducción de las hospitalizaciones y 3) un aumento en la cantidad de mujeres con FQ que completan con éxito el embarazo, el parto y, posteriormente, entran en la maternidad. Este cambiante panorama clínico de todos los pacientes con FQ probablemente requerirá revisiones en los patrones de práctica actuales y ajustes por parte de múltiples proveedores y sistemas de atención, incluida la incorporación de proveedores que anteriormente tenían una participación mínima en la atención de pacientes con FQ.