Susan Neuhausen*
La gran mayoría de las mujeres a las que se les diagnostica cáncer de ovario presentan una enfermedad metastásica ampliamente diseminada en el momento del diagnóstico porque no existen síntomas específicos ni formas efectivas de detectar la enfermedad de manera temprana. La tasa de supervivencia general para el tipo más común de cáncer de ovario, el carcinoma de ovario seroso de alto grado, no ha mejorado significativamente en más de 40 años y se mantiene por debajo del 30%, a pesar de los esfuerzos de médicos y científicos dedicados. La cirugía citorreductora y la quimioterapia sistémica son los métodos estándar para tratar el cáncer de ovario con el fin de erradicar cualquier célula tumoral restante y lograr la remisión clínica. El carcinoma de ovario seroso de alto grado puede entrar en remisión en aproximadamente el 80% de las pacientes, pero la mayoría de estas pacientes recurren debido a la presencia de células cancerosas que son resistentes a la quimioterapia. Varios inhibidores de puntos de control solos o en combinación con el tratamiento estándar para el cáncer de ovario han fracasado en los ensayos clínicos recientes. Como resultado, se requieren tratamientos alternativos efectivos de inmediato.
Michael Brevis*
Numerosos estudios han demostrado que los tejidos sanos y las células cancerosas compiten con frecuencia. Aprovechando esta falta de alineación, se podría añadir un aumento significativo a la ventana útil. Basándonos en los informes que se han presentado hasta ahora, determinaremos específicamente si los resultados de la radiación se modifican con el tiempo de organización. Doce de las 24 pruebas que se tomaron en consideración demostraron básicamente que la radioterapia es menos dañina cuando se administra en un momento específico, probablemente porque hay menos repercusión en las células sanas. Sin embargo, existen diferencias entre los estudios que requieren una investigación adicional.
Hajar Bettach*, Meriam Haloua, Nizar El Bouardi, Badr Alami, Moulay Youssef Alaoui Lamrani, Mustapha Maâroufi y Meryem Boubbou
Antecedentes: El tumor rabdoide (RT) es un tumor poco frecuente y altamente maligno que se presenta principalmente en el sistema nervioso central (SNC), también conocido como tumor rabdoide/teratoide atípico (AT/RT), riñón (tumor rabdoide maligno del riñón) o tejido blando (tumor rabdoide maligno extrarrenal extracerebral). Los bebés, generalmente en su primer año de vida, también pueden tener una ubicación dual del RT primario, lo que es consistente con una predisposición genética al cáncer.
Materiales y métodos: Se trata de un estudio retrospectivo de una serie de RT recogidas en el Servicio de Radiología Maternoinfantil del Hospital Hassan II de Fez durante un periodo de 7 años (de enero de 2016 a diciembre de 2021). Los resultados epidemiológicos, clínicos, radiológicos, patológicos y terapéuticos se analizaron mediante Excel.
Resultados: La RT representa una frecuencia de 1,16 casos nuevos por año seguidos en el Servicio de Radiología Maternoinfantil. La mediana de edad de la población estudiada fue de 23 meses (01 mes-5 años) y la proporción de sexos fue de 1,33 (F/M). El aumento del volumen abdominal fue la causa más común de consulta para las localizaciones renales seguida por el síndrome de hipertensión intracraneal para las localizaciones cerebrales. La mayoría de los casos fueron diagnosticados en estadios localmente avanzados y metastásicos (62,5% de los casos). El 57% fue una RT renal, el 14% fue una localización cerebral supratentorial temporal, el 14% fue una localización orbitaria y el 14% fue una localización de las partes blandas de la axila izquierda, entre estos casos dos pacientes tuvieron una localización bifocal con un AT/RT atípico a nivel de la fosa cerebral posterior.
Cuatro casos de este estudio fueron sometidos a cirugía; la misma fue completa y sin residuos microscópicos. Un paciente recibió radioterapia exclusiva. Se prescribió quimioterapia neoadyuvante en cuatro pacientes y en un paciente se utilizó principalmente en un entorno paliativo. Cuatro pacientes se curaron y tres pacientes fallecieron a causa de la enfermedad.
Conclusión: Los tumores de RT son raros y altamente malignos, por lo que el radiólogo tiene un papel importante en el manejo de estos pacientes, tanto en la fase diagnóstica, para confirmar o negar los diversos signos de malignidad, como en la fase terapéutica y de seguimiento, para evaluar la eficacia del tratamiento y detectar signos de recidiva.