Bhuiyan MZR, Talukder TH, Rahman A y Sharmin S
Antecedentes: El cáncer de cuello uterino es el octavo cáncer más común entre las mujeres en todo el mundo y el tercero entre todas las neoplasias malignas y el segundo cáncer más común en mujeres en Bangladesh. El tratamiento del cáncer de cuello uterino requiere enfoques multidisciplinarios. La quimiorradiación concurrente es el tratamiento de elección en el carcinoma de cuello uterino localmente avanzado. La radioterapia es el tratamiento local primario para la mayoría de las pacientes con enfermedades en estadio FIGO IIB a IVA. El éxito del tratamiento depende de un equilibrio cuidadoso entre EBRT y braquiterapia que optimice la dosis al tumor. El iridio-192 es un radionúclido muy utilizado para la braquiterapia HDR remota posterior a la carga moderna hasta la fecha. Recientemente, la fuente de cobalto-60 está disponible con tamaño miniatura y propiedades físicas idénticas para los poscargadores remotos.
Métodos: Se incluyeron en el estudio noventa y ocho pacientes con carcinoma localmente avanzado del cuello uterino comprobado mediante biopsia. El grupo A se formó con 49 pacientes que fueron tratadas con braquiterapia HDR Ir 192 y el grupo B con igual número de 49 pacientes que recibieron tratamiento con braquiterapia HDR con radionúclido Co 60. Este estudio observacional prospectivo se llevó a cabo para comparar el efecto del tratamiento entre dos grupos.
Resultados: Se incluyeron en el estudio 98 pacientes con un rango de edad de 35 a 63 años. La mayoría de los pacientes presentaron enfermedad en estadio IIB, que consistió en 64 pacientes (65,3%). Entre ellos, 79 pacientes tenían carcinoma de células escamosas (80,60%), seguido de adenocarcinoma con 15 pacientes (15,3%) y el resto fueron carcinoma adenoide-escamoso 3 y carcinoma de células pequeñas 1. En las tres inserciones, la distribución de dosis en la vejiga urinaria fue ligeramente menor con la irradiación HDR Co 60 que con la exposición HDR Ir 192. Estas diferencias fueron estadísticamente significativas en las dos primeras inserciones, pero no en la tercera.
Conclusión: En este estudio, se comparó la distribución de la dosis de radiación en los OAR, es decir, la vejiga urinaria y el recto, entre el brazo A y el brazo B. En las tres inserciones en la vejiga urinaria, la distribución de la dosis media fue ligeramente menor en la irradiación HDR con cobalto-60 que en la exposición HDR con iridio-192. Estas diferencias fueron estadísticamente significativas en las dos primeras inserciones, pero no en la tercera. En el caso del punto del recto, la distribución de la dosis media fue significativamente menor en las tres inserciones de exposición a Co 60 que en la exposición a Ir 192. De modo que, considerando la larga vida media y el bajo costo, el Co 60 puede ser un radionúclido alternativo aceptable utilizado en la braquiterapia HDR.
Berrada S, Mahdi L, El Hassani M, Kouach J y Moussaoui D
Los carcinomas de células claras (CCC) se presentan con mayor frecuencia en mujeres jóvenes (edad media: 20 años) incluso antes del primer embarazo. Es esencial ser conservador y respetar el sistema genital tanto como sea posible para preservar la función hormonal ovárica y la fertilidad. Las mutaciones en KRAS, BRAF y TP53 están presentes en algunos carcinomas de células claras, pero su frecuencia es generalmente baja. Se prevé que las mutaciones desregulan la señalización de PI3K/PTEN. Debido a la resistencia a las quimioterapias habituales con platino y taxanos, los estadios avanzados tienen un pronóstico mucho peor que el de los tumores serosos. Por ello, algunos estudios han sugerido que los CCC pueden ser más sensibles a una combinación de irinotecán que a la quimioterapia basada en paclitaxel.
Sami H, Barkiche S, Kaiss H, Elouarzazi S, Lalya I, Elomrani A y Khouchani M
La baja relación α/β en el cáncer de próstata ha impulsado a varios equipos a proponer y evaluar protocolos hipofraccionados de radioterapia moderada o estereotáxica, con el fin de administrar dosis mayores por sesión en un intervalo más corto. Esto permite un mejor cumplimiento del tratamiento, al tiempo que se llega a dosis radiobiológicas equivalentes, o incluso superiores a las de los protocolos de irradiación estándar. Por otra parte, el temor a generar toxicidades intolerables, sobre todo urinarias y gastrointestinales que comprometan la calidad de vida de los pacientes, siempre ha sido una barrera para la generalización y aprobación de estos esquemas hipofraccionados por todos los centros. El objetivo de este artículo es presentar varios estudios que evalúan la radioterapia hipofraccionada para el cáncer de próstata localizado, ya sea realizada sola o como complemento a la cirugía. También discutiremos el papel de las nuevas técnicas de radioterapia y de imagen de control en la realización de este tratamiento. Finalmente, discutiremos las recomendaciones prácticas del protocolo hipofraccionado.