Director General Talbert
Introducción: Aunque se suele afirmar que el cerebro “flota” en el líquido cefalorraquídeo (LCR), en realidad está suspendido en el espacio subaracnoideo lleno de líquido cefalorraquídeo por las trabéculas. Las trabéculas subaracnoideas son láminas o columnas de material reforzado con colágeno que se extienden entre las membranas aracnoidea y piamadre. Se pueden ver con microscopios ópticos, pero son demasiado delgadas para ser vistas con ultrasonidos.
Estudio: Se realizó un estudio de la literatura sobre la fisiología del espacio subaracnoideo. En la década de 1970 hubo un período de interés en la estructura trabecular, que incluía la microscopía electrónica. La microscopía electrónica de transmisión permitió determinar los tipos de células y la disposición de las fibras de colágeno. El desarrollo de las técnicas de microscopía electrónica de barrido permitió la visualización de la forma tridimensional. Al principio del desarrollo del embrión de los mamíferos, una capa de sustancia fundamental (mesénquima lleno de gel) avanza desde la futura región cervical hacia la unión entre el ectodermo y el neuroepitelio del telencéfalo. Actúa como un retenedor del espacio piararacnoideo. Luego aparecen en el gel “agujeros” llenos de líquido espaciados al azar. Estos se agrandan hasta convertirse en cavidades llenas de líquido, espaciadas y de tamaño aleatorio. A medida que las cavidades se agrandan, los elementos de mesénquima restantes entre ellas se ven obligados a congregarse en el tejido restante. Parece que cuando las cavidades se encuentran, el material mesenquimático que las recubre resiste un mayor avance, dejando delgadas paredes de mesénquima que son el origen de las trabéculas. La naturaleza aleatoria de los “agujeros” originales sigue siendo característica de la estructura trabecular a partir de entonces.
Conclusiones: El espacio subaracnoideo maduro está lleno de una “telaraña” de láminas y cordones reforzados con colágeno, invisibles a los ultrasonidos, que unen la aracnoides y la piamadre. Las trabéculas no tienen una estructura coherente, son el resultado de la eliminación aleatoria de tejido, no de la generación de nuevas estructuras.
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