Arne L. Kalleberg
El trabajo precario, un trabajo inseguro e incierto, a menudo mal remunerado y en el que los riesgos laborales se trasladan de los empleadores y el gobierno a los trabajadores individuales, se ha convertido en un desafío central para los trabajadores, las organizaciones y el gobierno en el siglo XXI . Este ensayo, que se basa en mi reciente libro, Precarious Lives (2018), resume el reciente aumento y las consecuencias del trabajo precario en seis democracias ricas: Dinamarca, Alemania, Japón, España, el Reino Unido y los Estados Unidos. Analizamos cómo las diferencias en las instituciones y políticas del mercado laboral de estos países (como los sindicatos y la negociación colectiva, las políticas activas del mercado laboral y las protecciones del empleo) y las políticas de bienestar social (como el seguro de desempleo y la generosidad de otros beneficios sociales) moldearon las experiencias de las personas en materia de inseguridad laboral y económica, las transiciones a la edad adulta y el bienestar subjetivo. También describimos los elementos de un nuevo contrato político y social que se necesita para abordar las consecuencias negativas del trabajo precario para las personas y sus familias. Un nuevo contrato social de este tipo debe mantener la flexibilidad para los empleadores y al mismo tiempo ofrecer a los individuos formas de lidiar con las consecuencias negativas producidas por dicha flexibilidad.
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