Mónica Narozna
El asma es una enfermedad respiratoria crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo y que provoca inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, lo que provoca síntomas como sibilancia, falta de aire, opresión en el pecho y tos. Si bien no existe cura para el asma, existen numerosas medidas preventivas que las personas pueden tomar para controlar y reducir la frecuencia y la gravedad de los ataques de asma. Comprender y evitar los desencadenantes del asma es fundamental para la prevención. Los desencadenantes más comunes incluyen alérgenos como los ácaros del polvo, el polen, el moho, la caspa de las mascotas y los irritantes como el humo del tabaco, la contaminación del aire y los olores fuertes. Al identificar y minimizar la exposición a estos desencadenantes, las personas pueden reducir significativamente el riesgo de ataques de asma. La limpieza regular, la ventilación adecuada y el uso de purificadores de aire son formas efectivas de crear un entorno amigable para el asma.
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