Vincent van Ginneken, Aline van Meerveld, Elwin Verheij y Jan van der Greef
Lo que se conoce sobre el cerebro es una cantidad escasa de información a pesar de su importancia en la evolución humana. Aquí realizamos, basándonos en un enfoque holístico de la lipidómica de la biología de sistemas, un intento de describir la composición lipídica bioquímica del cerebro a partir del homogeneizado de una parte (gyrus) del neocórtex de material post mortem del “Dutch Brain Bank” con técnicas de LCMS. Desde la percepción evolutiva, resulta interesante la presencia de los “aceites de pescado” en sangre y/o cerebro y su capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica (BHE). Ambos ácidos grasos (AG) omega-3 del “aceite de pescado” son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). El EPA y el DHA se encuentran en concentraciones bastante altas, respectivamente 0,277% y 0,258% en el plasma sanguíneo, pero no en el cerebro. El EPA no se encuentra en la materia gris o blanca del neocórtex, por lo que probablemente no pueda pasar la BHE, mientras que este es el caso del DHA, que presenta valores de aproximadamente 0,00015 %, respectivamente, mientras que los triacilgliceroles (TG) son el componente principal del cerebro humano, con un valor medio del neocórtex de aproximadamente el 72 %. Finalmente, concluimos que los TG han desempeñado un papel importante en el proceso de crecimiento y encefalización del cerebro humano durante el curso de la evolución.
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