Naiyer Asif, Yasir Salam Siddiqui, Jitesh Kumar Jain, Mohd Zahid, Mazhar Abbas, Aamir Bin Sabir y Sohail Ahmed
Antecedentes: El tratamiento de las fracturas de tibia distal puede ser un desafío debido a la escasez de tejidos blandos, su naturaleza subcutánea y la pobre vascularidad. En consecuencia, el tratamiento quirúrgico puede conducir a complicaciones. El tratamiento quirúrgico de las fracturas ha evolucionado mucho desde el desarrollo de la técnica original de “reducción abierta y fijación interna” por parte del grupo AO. Se puede obtener una osteosíntesis mecánicamente estable que puentee la fractura sin una disección significativa ni un trauma quirúrgico en el hueso y los tejidos blandos circundantes mediante la osteosíntesis con placa percutánea mínimamente invasiva (MIPPO). Esta técnica utiliza reducción indirecta y fijación interna con placas de compresión bloqueadas. Nuestro objetivo fue observar el resultado de la fijación de la fractura de tibia distal (extraarticular e intraarticular) con placa de compresión bloqueada (LCP) utilizando la técnica MIPPO. Material y métodos: 26 pacientes consecutivos fueron sometidos prospectivamente a osteosíntesis de placa percutánea mínimamente invasiva para fracturas de tibia distal entre enero de 2010 y diciembre de 2011. Los pacientes tenían entre 20 y 65 años, diecisiete hombres y nueve mujeres. Se incluyeron fracturas abiertas y cerradas de tipo AO 43A, 43B y 43C. Los pacientes fueron tratados con LCP utilizando la técnica MIPPO. El régimen postoperatorio consistió en ejercicios de flexión de rodilla y tobillo a partir del primer día postoperatorio. La deambulación sin carga de peso comenzó el tercer día postoperatorio, progresando a carga parcial de peso a las 6 a 8 semanas. La deambulación con carga completa se permitió después de la unión clínico-radiológica a las 12 a 14 semanas. Observación y resultados: La RTA fue la causa más común de lesión. Todas las fracturas se curaron con un buen resultado funcional. El tiempo medio de consolidación fue de 4,5 meses (rango 3,5-8 meses). El seguimiento medio fue de 14,3 meses. En todas las fracturas se logró un rango aceptable de movimiento activo del tobillo. La puntuación media de la AOFAS fue de 88. Hubo 2 casos de infección superficial, tratados con éxito con antibióticos. No se observó infección profunda, dehiscencia de la herida ni fallo del material. Conclusión: La técnica MIPPO es una técnica bien documentada que ofrece ventajas biológicas y parece ser una opción de tratamiento razonable para fracturas complejas inestables de tibia distal o pilón que no son adecuadas para el enclavado intramedular. La bibliografía está llena de estudios de países desarrollados, pero faltan estudios de países en desarrollo. No obstante, en nuestro estudio participaron un pequeño número de pacientes para sacar conclusiones definitivas, pero nuestros resultados alentadores motivarán a los cirujanos traumatólogos de los países en desarrollo a utilizar la técnica MIPPO en el tratamiento de fracturas de tibia distal, en un esfuerzo por reducir la morbilidad y las complicaciones asociadas, especialmente de los tejidos blandos.
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