Michael West, Joanie Wurster RN* y Joseph Kilch BA
Antecedentes: Los pacientes con traumatismos corren un riesgo considerable de desarrollar una trombosis venosa profunda [TVP] y posteriormente sufrir una embolia pulmonar [EP], un proceso conocido como tromboembolia venosa [TEV], que es una complicación potencialmente mortal que sigue siendo un desafío médico importante.
Objetivo: Determinar si un paciente con traumatismo torácico grave, definido según la Escala Abreviada de Lesiones de 3 o más, debe considerarse un candidato de alto riesgo para EP.
Método: Se trata de un estudio retrospectivo de doce años realizado en el St. Mary's Medical Center, un centro de traumatología de nivel II en West Palm Beach, Florida, en el que se revisaron todas las historias clínicas de traumatología y los informes de autopsia de aquellos pacientes a los que se les diagnosticó EP, independientemente del mecanismo de lesión o diagnóstico inicial.
Resultados: Un total de 18.451 pacientes fueron admitidos en el servicio de traumatología durante este tiempo y 30 pacientes [0,16%] fueron diagnosticados con EP durante su estancia hospitalaria o en la autopsia. Entre los 30 pacientes con diagnóstico de EP, 15 pacientes [50%] sufrieron traumatismo torácico que incluía lesiones diafragmáticas, fracturas costales, neumotórax y/o contusión pulmonar, y siete de esos pacientes no tenían una TVP documentada. Entre los 30 pacientes con EP, 18 [60%] no tenían una TVP detectable.
Conclusión: Este estudio respalda la literatura actual de que, si bien las TVP son la causa más común de EP, el traumatismo torácico grave debe considerarse un factor contribuyente significativo debido a la formación de trombos dentro de la vasculatura pulmonar.
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