David Zimmerman
Si bien se conoce y comprende el papel de la nocicepción en la generación del dolor, lo que es menos seguro son los procesos que impulsan la reducción o el cese rápidos y profundos del dolor, en particular cuando se restablecen las "causas" físicas en los casos en que el uso de ortesis ha visto una reducción rápida y duradera del dolor. Existe un equilibrio entre los sistemas nociceptivo y antinociceptivo. Este artículo analiza la reducción inesperadamente rápida y duradera del dolor sufrido que se logró mediante el uso de una terapia no invasiva. El dolor está sujeto por definición y neurológicamente a umbrales, por debajo de los cuales el dolor no se percibe conscientemente. El contexto siempre es relevante y el dolor persistente y/o la alteración del sueño plantean una amenaza para la salud. Observar una pérdida profunda, rápida y duradera del dolor, ya sea en términos de cognición o de señalización aferente, tiene grandes beneficios desde el punto de vista clínico. Las preguntas planteadas son si el umbral del dolor perceptible aumenta con el tiempo y con la exposición al condicionamiento, y en segundo lugar, pregunta si los umbrales previos al tratamiento siguen siendo altos, incluso cuando se elimina la causa. Cabe destacar que este aporte aferente, que se ha demostrado que es inmediatamente reversible y se reactiva, no puede considerarse un dolor neuropático, ya que no existe una función aberrante de los receptores o nervios, ni hay una patología asociada con los tejidos afectados, como el cáncer. Los casos citados sufren una estimulación prolongada de estos nervios normales y sanos, pero a menudo se diagnostican erróneamente como dolor crónico, dolor neuropático o relacionado con un proceso patológico. En este caso, la inversión de los reflejos motores no estaría relacionada con la posición de una estructura anatómica.
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