Céline Cont.
Introducción: Una forma no invasiva de neuromodulación conocida como estimulación pulsátil transcraneal (TPS) utiliza un dispositivo neuronavegado para administrar ondas de choque breves y recurrentes. Estos pulsos pueden causar una amplia gama de cambios vasculares, metabólicos y neurotróficos, según la investigación actual. En un estudio piloto clínico para mejorar la cognición en pacientes con Alzheimer leve a moderado, este tratamiento relativamente nuevo con marcado CE produjo sus primeros resultados prometedores. Debido a que existe una falta de datos de otros centros, examinamos la seguridad y los resultados piloto a corto plazo de la TPS en el mundo real del primer centro en Alemania. Para obtener datos sobre los impactos en varias etapas, se examinaron pacientes con Alzheimer leve y moderado a extremo.
Métodos: Antes y después de la primera serie de estimulación, se examinó a 11 pacientes en cuanto a la función cognitiva y emocional de manera retrospectiva. El impacto se evaluó utilizando varias pruebas neuropsicológicas [Escala de evaluación de la enfermedad de Alzheimer (ADAS), incluida la escala mental ADAS (ADAS Pinion) y las escalas emocionales ADAS, Evaluación del estado mental más bajo de lo esperado (MMSE) y Evaluación mental de Montreal (MoCA)], que se recordaron para el examen entre los grupos de pacientes leves a extremos. También se utilizaron escalas de calificación numérica (NRS) para examinar la mejora subjetiva en la gravedad de los síntomas, los posibles efectos sobre los síntomas depresivos y los efectos secundarios.
Resultados: En tan solo el 4% de las sesiones se produjeron efectos secundarios que fueron breves y de gravedad subjetiva moderada. Los pacientes trabajaron fundamentalmente en las escalas ADAS y ADAS Pinion, mientras que no hubo un impacto masivo en el MMSE y el MoCA. La gravedad de los síntomas autoinformada mejoró significativamente entre los pacientes. También mejoraron significativamente las medidas de la subescala ADAS de los síntomas depresivos. No hubo correlación significativa entre la mejoría clínica y la gravedad de los síntomas iniciales, según los análisis de datos estadísticos.
Conclusión: La TPS puede ser un tratamiento complementario seguro y prometedor para el Alzheimer, al menos para pacientes de moderado a grave. Se necesitan más estudios con grupos de control simulados y efectos a largo plazo en los pacientes. Además, para comprender este nuevo método de neuromodulación, será necesaria una investigación traslacional sobre los mecanismos de acción y los efectos en la fisiología de las redes cerebrales.
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