Anna E Van den Heever
Las emociones de la infancia son intensas y difíciles de controlar, pero con el paso de los años se mezclan y se moldean hasta convertirse en sentimientos más sutiles y expresados, llenos de significado y bajo control cognitivo. Durante este proceso, las personas utilizan ciertos mecanismos de defensa para lidiar con la presión de sus emociones o se engañan a sí mismas sobre las condiciones reales para poder ver la realidad como algo no amenazante. Si bien la actitud de la comunidad hacia las personas que viven con una discapacidad mental, física o emocional o aquellas que han sido maltratadas ha variado desde el desprecio, el rechazo y la estigmatización hasta la apatía, para los profesionales de la salud y las familias de niños traumatizados, parecía haber pocas oportunidades de escapar de los efectos emocionales y físicos de estar cara a cara con la realidad. Se sugiere que la fatiga por compasión podría deberse a respuestas psicológicas y fisiológicas cuando se trabaja con personas traumatizadas y se las cuida. Se identificó un problema durante las visitas a las instalaciones clínicas, cuando a pesar de cuatro años de exposición a la enfermería general, la obstetricia y la salud comunitaria, los estudiantes de enfermería psicosocial expresaron sus temores de ser traumatizados por sus experiencias. A pesar del conocimiento teórico y la formación práctica, parecían estar en un estado de agotamiento emocional. Se planteó la pregunta: ¿están los estudiantes de enfermería emocionalmente preparados para trabajar con niños gravemente traumatizados emocional, intelectual o físicamente en la comunidad? El estudio cualitativo, descriptivo y con un enfoque psicodinámico fue explorar y describir las reflexiones y experiencias de los estudiantes de enfermería psicosocial de último año durante la práctica clínica con niños traumatizados por lesiones o abusos accidentales o no accidentales. Una muestra intencional comprendió narraciones escritas y marcadas de diarios de reflexión psicosocial de 16 estudiantes de último año (4º) hasta que se alcanzó la saturación de información. El análisis temático de las narraciones escritas destacó una montaña rusa emocional de sentimientos, conflicto ético y profesional entre el abusado y ser el abusador.
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