F Bellia, R Ragusa*, R Barkin, F Elisabeth, A De caen, A Chiaretti y MD Berg
Objetivo: Las misiones médicas y/o quirúrgicas humanitarias se han vuelto comunes en los últimos 50 años. Sin embargo, se sabe poco sobre la calidad de estas misiones, especialmente cuando un paciente se vuelve inestable y requiere reanimación. Nos gustaría presentar el "código simulado" que utiliza Operation Smile para garantizar la mejor calidad de atención en caso de que surja una emergencia médica o quirúrgica durante una misión. Operation Smile, una organización benéfica médica infantil mundial, brinda cirugía a niños con deformidades faciales corregibles en 51 países. El código simulado se implementó inicialmente como una herramienta educativa para mejorar las habilidades y la dinámica del equipo. Se ha convertido en una práctica útil para preparar a un equipo de profesionales médicos para responder a una emergencia médica o quirúrgica inesperada. Se realiza un código simulado en cada misión antes del comienzo de la semana quirúrgica. El equipo de la misión consta de 35 a 60 miembros, incluidos profesionales médicos de muchos países diferentes y diversos orígenes. Los miembros del equipo tienen diferentes niveles de experiencia y, por lo tanto, un código simulado es vital para brindar una buena atención de reanimación. El volumen de casos, la variedad de antecedentes profesionales, el equipo y los protocolos desconocidos, las barreras lingüísticas y culturales y el hecho de que estas personas no hayan trabajado juntas anteriormente hacen que sea esencial desarrollar un plan de preparación para emergencias. Las emergencias que involucran a pacientes pediátricos generan mucha ansiedad para el niño, para los padres y para el personal médico y de enfermería involucrado. Ejecutar un código de emergencia siempre es un desafío, especialmente cuando el paciente es un niño. Conclusión: El uso de esta herramienta nos permite construir una alianza especial entre el personal médico y de enfermería antes de una emergencia. El código simulado permite que las enfermeras y los médicos se sientan más preparados para responder a las emergencias pediátricas y mejorar la calidad de la atención de reanimación, en caso de que surja la necesidad.
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