Antecedentes: Este estudio evalúa entre 200 pacientes ambulatorios infectados por VIH la prevalencia del trastorno por consumo de alcohol (TCA) positiva y sus correlaciones con características sociodemográficas, hábitos de vida, comportamiento sexual y síntomas (hipo) maníacos. Métodos: Entre diciembre de 2009 y junio de 2011, los pacientes fueron entrevistados en la clínica especializada para la atención del VIH ubicada en el Hospital Universitario Walter Cantídio, Fortaleza, Ceará, Brasil. La detección del TCA se realizó con la Prueba de Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol (AUDIT). Se utilizó un cuestionario sociodemográfico basado en las Encuestas de Vigilancia del Comportamiento de la OMS para rastrear comportamientos sexuales de riesgo. El Cuestionario de Trastornos del Estado de Ánimo (MDQ) se utiliza para detectar síntomas de manía e hipomanía. Resultados: Ciento treinta y tres pacientes (66,5%) eran varones, con una media de edad de 37,4 años (desviación estándar, DE=10,9) y una media de años de estudio de 9,5 (DE= 3,5). Noventa y nueve pacientes (49,5%) tenían TCA: 80 (40%) tenían consumo de alcohol de riesgo y 19 (9,5%) tenían dependencia del alcohol. Los pacientes con TCA tenían tasas más altas de género masculino (OR = 2,8; IC del 95% = 1,5, 5,2), vivir solos (OR = 4,5; IC del 95% = 1,6, 12,7), uso de tabaco (OR = 3,0; IC del 95% = 1,4, 6,6), uso de drogas ilícitas (OR = 3,5; IC del 95% = 1,7, 7 ,1) y síntomas (hipo)maníacos (OR = 6,4; IC del 95% = 2,3, 17,7). Respecto al comportamiento sexual, el TCA se utiliza con una menor edad de la primera relación sexual (OR=1,1; IC95%=1,05, 1,2) y una mayor prevalencia de parejas sexuales comerciales (OR=2,7). ). ; IC95%=1,3, 5,8) y no regulares (OR=4,3; IC95%=2,1, 8,6). En el análisis multivariante se encontraron asociaciones independientes entre el TCA y las siguientes variables: síntomas maníacos (odds ratio ajustado [ORa]=10,1; IC95%=2,3; 44,7), vivir solo (ORa=7,8 ; IC95%=1,5; 39,0), consumo de tabaco (ORa=3,9; IC95%=1,2; 12,2), sexo masculino (ORa=3,4; IC95%=1,4 ; 8,3), sexo con parejas no regulares (ORa=2,7; IC95%=1,1; 6,6), menor nivel educativo (ORa=1,1; IC95%=1,03; 1,2 ) y menor edad (ORa=1,03; IC95%=1,002; 1,076). Conclusión: Por tanto, existe una prevalencia significativamente alta de TCA entre los pacientes con infección por VIH. El trastorno por consumo de alcohol mostró el siguiente perfil: varones jóvenes, que viven solos, con un nivel educativo más bajo, tasas más altas de síntomas (hipo)maníacos y conductas de riesgo relacionadas con drogas y sexo. Una mejor comprensión de la comorbilidad del trastorno por consumo de alcohol y sus implicaciones en los aspectos conductuales de las personas VIH positivas puede ayudar a proporcionar mejores resultados a largo plazo para estos pacientes.
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