Bongani Robert Dlamini, Phumzile Mabuza, Zandile Masangane, Thamary Silindza, Makhosami Dlamini y Phumzile Dlamini
Antecedentes: Los jóvenes son el futuro, e invertir en ellos significa un futuro más brillante para todo el mundo. En ningún otro lugar esto es más cierto que en África, donde los cambios demográficos están creando una oportunidad única para aprovechar el potencial de los jóvenes para acelerar el desarrollo. Suazilandia, con una población joven grande y en crecimiento y una tasa de natalidad en descenso, está al borde de una transición demográfica crítica. Métodos: El análisis del estado de salud sexual y reproductiva de los jóvenes en Suazilandia sobre el VIH se preparó en etapas: revisión y análisis documental, reuniones de consultas y entrevistas con las principales partes interesadas, análisis de datos y compilación del informe. Resultados y discusión: El inicio sexual temprano, la alta tasa de fertilidad adolescente, la necesidad insatisfecha de planificación familiar y los problemas persistentes de violencia sexual y de género son algunos de los problemas clave que enfrentan los jóvenes en términos de salud reproductiva en Suazilandia. La fecundidad adolescente disminuyó ligeramente de 89/1000 a 87/1000 entre 2010 y 2014. La prevalencia del VIH es mucho mayor en mujeres jóvenes que en hombres jóvenes en todos los grupos de edad, y se observan marcados aumentos de la prevalencia a lo largo de los 20 años para ambos sexos. Aproximadamente 1 de cada 4 mujeres en Suazilandia sufrió violencia física cuando era niña y el 9% de los jóvenes de 18 a 24 años experimentó relaciones sexuales forzadas antes de cumplir los 18 años. Conclusión: Parece haber alguna mejora en la educación sexual y las intervenciones de cambio de comportamiento. Hay un aumento gradual en la edad de inicio sexual y en la proporción de adolescentes que informan que se abstienen de la actividad sexual. Esto sugiere que algunas intervenciones pueden haber disuadido a algunos adolescentes de tener relaciones sexuales. Recomendaciones: Se debe establecer un estándar mínimo para que los establecimientos de salud se consideren amigables para los jóvenes, y todos los establecimientos deben evaluarse en función del estándar, así como los vínculos entre las escuelas, las comunidades y los establecimientos de salud.
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