M. Pavan Rao
En los últimos decenios, el empleo ha pasado a ser un tema vital en el plan de desarrollo de la mayoría de los gobiernos nacionales y algunas organizaciones internacionales. En los países desarrollados, las tasas de desempleo persistentemente altas y en aumento han contribuido a renovar la preocupación por la creación de empleo, mientras que en muchos países en desarrollo el comercio rentable se considera una forma de aliviar la necesidad. En los últimos tiempos, los procesos de globalización también han dado lugar a patrones específicos en los mercados laborales, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, que han aumentado el entusiasmo por las ideas sobre el trabajo de intercambio universal y los flujos de capital. En los países desarrollados, se ha expresado preocupación por el movimiento de empleos debido a la redistribución y los movimientos de flujo de efectivo hacia los países en desarrollo. Por otra parte, en los países en desarrollo, se ha comunicado el temor de que los trabajadores se desplacen en los segmentos hasta ahora asegurados debido al desafío mundial. También se han expresado inquietudes sobre la posibilidad de que un número cada vez mayor de profesionales sean empleados en puestos de trabajo generalmente pobres, con salarios bajos y sin discapacidad gubernamental, debido a la "búsqueda de las empresas de reducción de costos" para mantenerse centradas, lo que da lugar a lo que suele denominarse la "carrera hacia la base" en lo que respecta a los principios de empleo. Por lo tanto, el problema ha adoptado dimensiones mundiales y su solución requeriría una acción universal. Mientras tanto, los cambios mundiales tendrán sus efectos en la situación empresarial de las economías nacionales. Asimismo, debe entenderse que, dado que la naturaleza del problema es muy diferente en los países desarrollados y en desarrollo y tiene dimensiones específicas también para cada país, una parte importante de la iniciativa para abordar el problema debe realizarse a escala nacional. La Agenda Global del Empleo (GEA) fue creada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2003a) como respuesta a las preocupaciones anteriores y al desafío de alcanzar el objetivo de un trabajo rentable y digno para todos. El GEA forma parte de la estrategia para hacer realidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en particular el objetivo de "reducir el número de personas cuyo salario no llega a un dólar diario para 2015". Consciente de que las empresas son fundamentales en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, el GEA insta a los gobiernos, las asociaciones de empresarios y trabajadores, el sector privado y la sociedad en general a que incluyan la necesidad de un trabajo remunerado pleno y plenamente elegido como base para un trabajo digno en la definición de políticas económicas y sociales. El objetivo fundamental del Programa es "colocar el trabajo en el centro de las políticas económicas y sociales". La OIT considera que el Programa forma parte de su objetivo más amplio de Trabajo Decente, que también hace hincapié en el fomento de las oportunidades laborales y en la mejora de los componentes subjetivos del trabajo.La naturaleza de las ocupaciones se considera tanto en términos de eficiencia como de condiciones de trabajo. Mejorar la rentabilidad es esencial para las empresas, en particular para los "trabajadores pobres", que constituyen una gran parte de la fuerza laboral, especialmente en los países en desarrollo, y, por lo tanto, requiere ser el foco central de cualquier metodología de alivio de la necesidad. El reconocimiento de los principios del trabajo central como parte de las condiciones de trabajo se considera tanto una necesidad absoluta de trabajo decente como una variable de mejora de la rentabilidad.
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