MS Mat Samuji y Frederik Vernimmen
Aunque el tratamiento principal de la epilepsia es farmacológico, ciertas formas de epilepsia, como la epilepsia del lóbulo temporal y la epilepsia asociada a enfermedades benignas del cerebro, también se pueden tratar con éxito quirúrgicamente. Un procedimiento neuroquirúrgico tiene la ventaja de un resultado terapéutico inmediato. Cuando la cirugía no es posible, la irradiación terapéutica es una opción, pero siempre hay un tiempo de latencia entre la radiación y la mejora de la epilepsia. Esta radiación se realiza en forma de radiación fotónica producida por fuentes de cobalto en un bisturí de rayos gamma o por aceleradores lineales. Las técnicas especiales de colimación de haces producen un haz nítido que permite administrar una dosis alta al objetivo sin efectos secundarios en el cerebro circundante normal. El efecto terapéutico deseado proviene de los efectos tardíos de la radiación y, por lo tanto, no es inmediato. La absorción en el tejido de la radiación fotónica es tal que siempre hay una dosis de salida, y esto contribuye a los efectos secundarios de la radiación en el tejido normal. Los haces de radiación de partículas, como un haz de protones, tienen una ventaja de absorción de dosis sobre los fotones porque hay una dosis de entrada más baja y no hay dosis de salida. Esto tiene el potencial de tratar el cerebro con un menor riesgo de efectos secundarios y una dosis integral más baja. Actualmente, la selección de la dosis de radiación está orientada a causar la destrucción del tejido en el volumen objetivo. Actualmente se están investigando esquemas de dosis que no causan necrosis tisular pero que tienen un efecto terapéutico neurofisiológico. Se están estudiando nuevas tecnologías de irradiación, como los micro rayos de fotones que utilizan radiación de sincrotrón y los mini rayos de protones, especialmente por su potencial en la terapia de la epilepsia. Estas tecnologías podrían mejorar en gran medida la relación terapéutica, ya que no causan daño al tejido cerebral. Si se demuestra que tienen un efecto terapéutico, estos nuevos desarrollos ampliarían el papel de la radiación en el tratamiento de la epilepsia.
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