Ayo Oyedokun, Loius Okeibunor Odeigah, Kola Moradeyo Alabi, Olushola Abejide Adegunloye y Henry Chukwuma Akujobi
Introducción: La disfunción sexual en mujeres VIH positivas es muy frecuente y suele estar asociada a
malestar psicosocial. No se ha dedicado mucha atención científica a este importante aspecto de la vida de la mujer VIH positiva, especialmente en Nigeria y en la subregión de África occidental en general, donde las cuestiones relacionadas con la sexualidad casi nunca se discuten ni siquiera en las visitas clínicas de rutina debido a las restricciones culturales.
Objetivos: Determinar la prevalencia, el estado psicológico y los factores sociodemográficos/clínicos
asociados con la disfunción sexual en mujeres VIH positivas.
Métodos: Se realizó un estudio transversal en un hospital durante seis meses. Se recopilaron datos de 370 encuestadas mediante un cuestionario estructurado. Se utilizó el Cuestionario de salud general (GHQ12) para evaluar su estado psicológico, mientras que el Cuestionario del índice de función sexual femenina (FSFI) modificado se utilizó para evaluar la disfunción sexual femenina. El cuestionario fue administrado por un entrevistador y los datos se analizaron utilizando el paquete Epi-info 2011.
Resultados: Se mostró que la prevalencia de disfunción sexual en mujeres VIH positivas fue de sesenta y uno (61%). Treinta y cinco (35%) de las encuestadas tenían un malestar psicológico significativo. La presencia de malestar psicológico se asoció significativamente con la disfunción sexual femenina (DSF). No se encontró asociación entre la DSF y la religión, la etnia, la duración del matrimonio o la presencia de otras enfermedades crónicas. La edad avanzada, las parejas sexuales múltiples, la no divulgación del estado serológico, el estigma, los acontecimientos estresantes continuos, el bajo peso o la obesidad se asociaron significativamente con la DSF. Un alto nivel de educación, estar casado, la monogamia, la enfermedad en estadio clínico I de la OMS y un recuento de CD4 más alto se asociaron con un mejor funcionamiento sexual.
Conclusión: Este estudio pone de relieve la necesidad de que los médicos y los trabajadores sanitarios que prestan
atención integral como médicos de primera línea adquieran las habilidades necesarias para atender y aliviar los problemas sexuales de las mujeres en un entorno africano.
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