Hae Won Shin, Valerie Jewells, Eldad Hadar, Tiffany Fisher y Albert Hinn
La epilepsia es el cuarto trastorno neurológico más común en los EE. UU. y afecta a casi 2,5 millones de estadounidenses. El impacto económico de la epilepsia representa unos costes directos e indirectos estimados de 12 500 millones de dólares al año. Los pacientes con este trastorno experimentan un aumento de la morbilidad y la mortalidad, con tasas de mortalidad a largo plazo del 24 %. Se utilizan múltiples herramientas de diagnóstico para identificar y clasificar el tipo/síndrome de convulsión, la etiología y la localización de las convulsiones, entre ellas el electroencefalograma (EEG), la resonancia magnética (RM), la tomografía por emisión de positrones (PET) y la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT), el magnetoencefalograma (MEG) y las pruebas neuropsiquiátricas. A pesar de que en los EE. UU. hay 29 medicamentos antiepilépticos diferentes disponibles, un tercio de los pacientes siguen siendo refractarios al tratamiento farmacológico. En estos pacientes con epilepsia intratable, se pueden considerar tratamientos no farmacológicos. Las opciones de tratamiento no farmacológico de uso común para la epilepsia incluyen la cirugía de la epilepsia, la terapia de neuroestimulación y la terapia dietética.
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