Célia Landmann Szwarcwald, Paulo Roberto Borges de Souza Júnior, Ana Roberta Pati Pascom y Orlando da Costa Ferreira Júnior
Antecedentes: Este artículo presenta un método para estimar la incidencia del VIH en Brasil utilizando datos de vigilancia. El interés es estimar la distribución del rezago anual (tiempo desde la infección hasta la notificación) entre los casos incidentes en un año determinado con observaciones que surgen de una versión truncada a la derecha de la distribución. Métodos: Para cada caso de VIH de 15 años o más sin tratamiento notificado entre 2004 y 2015, estimamos el tiempo desde la infección con base en un modelo estadístico que relaciona el primer recuento de CD4 con el tiempo desde la infección. Bajo el supuesto de que la distribución del rezago se expresa mediante una distribución de probabilidad logística, estimamos la incidencia del VIH como el valor límite superior de la función logística. Dado que este enfoque requiere al menos ocho observaciones por año, para estimar la incidencia del VIH en los años recientes (2009-2013), utilizamos modelos de regresión lineal para estimar las observaciones faltantes para estos años debido al truncamiento en 2015. Usando este enfoque, la incidencia del VIH se estimó entre 2004 y 2013, por separado para hombres y mujeres. Resultados: En 2013, la incidencia del VIH entre personas de 15 años o más se estimó en 44.827 (IC del 95%: 41.143-47.987), 32.459 hombres (IC del 95%: 29.775-34.642) y 12.368 mujeres (IC del 95%: 11.368-13.345). Los resultados de 2004-2013 han mostrado un aumento entre los hombres y una disminución lenta entre las mujeres. La proporción estimada de casos notificados menos de un año después de la infección aumentó del 24,6% al 35,2% entre los hombres y del 35,1% al 45,8% entre las mujeres. En el caso de los hombres que se infectaron entre 2004 y 2013, el 35,6% de los casos no se notificaron en el año 2015 y, entre las mujeres, el 23,2%. Conclusión: El retraso entre la infección por VIH y el diagnóstico es preocupante. Es esencial diseñar intervenciones para motivar las pruebas, especialmente entre los grupos de mayor riesgo, ya que cuanto más rápido se vinculen los casos de infección por VIH con la atención, más rápido descenderá la curva de incidencia del VIH.
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