Tariq Mahmood y Abdul Quddus Suhaib
Este artículo investiga sobre las prácticas que pueden ser consideradas como prácticas contrarias a la promoción y al desarrollo. La realidad es que la vida está llena de acontecimientos buenos y malos. Si los buenos acontecimientos son más numerosos, la persona se sentirá más feliz que otras que tienen que soportar dificultades. Pero si las malas prácticas o las crisis son mayores que las buenas, será difícil permanecer feliz debido a los problemas y las dificultades. En realidad, en todas las sociedades hay pobreza y pobreza, por lo que las personas pobres tienen que hacer a veces actos negativos para sobrevivir. Pero a veces, las personas ricas se entregan a malas acciones debido a sus malas compañías y malos hábitos. En realidad, estos malos hábitos no se limitan a los individuos, sino que crean obstáculos en el camino del progreso colectivo de una sociedad. En los países en desarrollo, las personas pobres tienen que enviar a sus hijos a muchos campos de la economía en lugar de educarlos durante su infancia e inocencia. En los países del mundo, ya sean desarrollados o subdesarrollados, musulmanes o no musulmanes, las prácticas negativas son desalentadas y prohibidas por todas las personas afectadas, pero las mismas son fomentadas por los beneficiarios de las mismas. Por eso, en las sociedades, las personas tienen una relación estrecha con las personas que practican prácticas negativas debido a las ventajas comunes. En lo que respeta a las influencias sociales y económicas de las prácticas injustas, estas son vívidas y gigantescas. En resumen, se presenta un breve análisis sobre las razones del atraso y la lógica de la prohibición de las actividades incorrectas en las enseñanzas islámicas.
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