Tariro J Basera, Simbarashe Takuva, Keith Muloongo, Ndumiso Tshuma y Peter S Nyasulu
Antecedentes: Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son una causa importante de morbilidad entre los adultos sexualmente activos y tienen múltiples consecuencias, incluido el aumento de la transmisión del VIH .
Objetivo: Determinar la prevalencia de infecciones de transmisión sexual autoinformadas y los factores de riesgo asociados entre adultos en el asentamiento informal de Diepsloot, Johannesburgo, Sudáfrica.
Diseño: Se trata de un estudio transversal que incluye un análisis secundario de los datos recopilados en una encuesta realizada entre adultos que vivían en Diepsloot en 2013. Se analizaron los datos de 3953 encuestados. Se utilizó un modelo de regresión logística univariable y multivariable para estimar la razón de posibilidades (OR) y el intervalo de confianza del 95 % (IC) de la asociación entre el estado de ITS autoinformado y las características sociodemográficas y clínicas.
Resultados: De los 3953 participantes, 2481 (62,8%) eran mujeres. La prevalencia de ITS autoreportada fue del 20,4% (n=808). Entre los participantes del estudio, 815 (25,9%) personas eran VIH positivas y de estas, el 19,9% reportó una ITS. Ser soltero [odds ratio (OR) 1,82, (IC del 95% 1,08, 3,05)], exposición previa a violencia de género o agresión sexual (OR 2,25, IC del 95% 1,39, 3,63), consumo de alcohol (OR 1,50, IC del 95% 1,04, 2,16) y no haber utilizado servicios de atención médica en los últimos 2 años (OR 2,30, IC del 95% 1,44, 3,68) se asociaron con mayores probabilidades de autoreportar una ITS. El estado VIH negativo se asoció con menores probabilidades de auto-reportar una ITS (OR = 0,26, IC del 95% 0,14, 0,50)
Conclusión: La prevalencia estimada de las ITS autonotificadas entre los adultos de 20 a 82 años de Diepsloot indica una carga sustancial de ITS en esta población. La estrecha relación entre el estado serológico respecto del VIH, los antecedentes de violencia de género o agresión sexual y la utilización de los servicios de atención sanitaria subrayan la necesidad de ampliar las intervenciones conductuales junto con la detección selectiva de las poblaciones en riesgo para reducir simultáneamente la incidencia de la violencia de género y prevenir la transmisión de ITS, incluido el VIH.
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