Antonieta Towle
Como proveedores de atención médica, nos gusta pensar que la atención que brindamos siempre es de calidad, segura y centrada en el paciente y la familia. Este artículo describe la reciente experiencia de una enfermera practicante experimentada en un hospital de cuidados agudos, en la que su esposa estaba sentada al otro lado, observando cómo su ser querido recibía atención. Esta estresante experiencia reveladora obligó a un examen y evaluación cuidadosos de lo que el paciente y los miembros de la familia realmente necesitan para garantizar una atención segura y de calidad. Todas las enfermeras deben tomar la iniciativa y escuchar atentamente a sus pacientes y familias. Ser más que un simple defensor; ser el guardián, derribar los silos profesionales, unificar y coordinar la atención y, sobre todo, garantizar el acuerdo y la comprensión entre el paciente, su familia y todos los miembros del equipo.
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