Micaela Morais, Fernando José Figueiredo Agostinho D'Abreu Mendes y Rui Santos Cruz
El linfoma es un tipo de cáncer que provoca la proliferación de células B o T en los ganglios linfáticos. Los linfomas se pueden caracterizar en Linfoma de Hodgkin (LH) y Linfoma no Hodgkin (LNH), que suponen alrededor del 85% de los diagnósticos de linfoma. El Sistema Inmunitario (SI) tiene la capacidad innata de identificar y eliminar células con potencial tumoral. A pesar de ello, nuestro organismo en ocasiones no puede combatir por sí solo este tipo de patologías debido a los mecanismos de escape tumoral. Las células T, que son células muy importantes en la actividad antitumoral, han sido estudiadas y algunos ensayos demuestran que el uso de células CAR-T puede presentar un valor añadido para el tratamiento de este tipo de patologías. Las células CAR-T son linfocitos T modificados genéticamente para expresar el sitio de unión de anticuerpos específicos, dirigiendo a las células T policlonales autólogas para que se unan a un Antígeno Asociado a Tumores (AAT) específico. El diseño y la estructura de las CAR-T son factores determinantes en el éxito de la terapia. Se conocen cuatro generaciones de Receptores Quiméricos de Antígeno (CARs) y la diferencia entre ellos está en sus dominios de señalización y coestimulación, como el CD28 o el CD137 (4-1BB). Estudios recientes muestran efectividad en determinados casos de pacientes diagnosticados de LNH y se reconoce que la combinación de inmunoterapia complementaria potencia el efecto de la terapia con células CAR-T. Aún queda por averiguar cuál es el diseño más adecuado y cuál es la dosis ideal para maximizar la eficacia y reducir la toxicidad de esta terapia.
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