Peter B*, Kirey G, Naessens B y Johan B
El asma es una enfermedad alérgica de las vías respiratorias de tipo I caracterizada por la presencia de células Th2 e inmunoglobulina. Los episodios de inflamación del cartílago, de naturaleza leucocitaria y que favorecen la broncoconstricción, pueden volverse crónicos y dar lugar a síntomas metabólicos persistentes y cambios estructurales irreversibles en las vías respiratorias. Representativa en gran medida del asma leve a moderada, esta definición clínica no tiene en cuenta la composición atípica y, con frecuencia, más grave que se encuentra en una proporción considerable de asmáticos. Las Naciones Unidas han aumentado el recuento de glóbulos blancos en las vías respiratorias como un atributo característico. La inflamación neutrofílica puede ser un sello distintivo de otro tipo de patología alérgica de las vías respiratorias, el enrojecimiento por hipersensibilidad. Considerado como la contraparte inmunitaria del asma, el enrojecimiento por hipersensibilidad puede ser una reacción inflamatoria alérgica prototípica de tipo III que afecta a los alvéolos y al intersticio de las vías respiratorias, dirigida por las células Th1 y la inmunoglobulina sérica y, en su forma crónica, entre las patologías. Aunque patológicamente son terriblemente diferentes y se abordan habitualmente como trastornos separados, como se ha mencionado en esta revisión, los estudios clínicos, así como la información de los modelos animales, revelan paralelismos simples entre ambas enfermedades de las vías respiratorias. La comunicación de peligro inducida por el agente causal o por patrones incidentales de microorganismos surge como vital en la sensibilización inmunitaria facultativa y en la determinación del tipo de sensibilización y la enfermedad alérgica posterior. Sobre esta base, tendemos a proponer que los alérgenos causan asma no eosinofílica grave atribuible a la sensibilización en presencia de neumonitis por hipersensibilidad que promueve la comunicación de peligro.
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