Osito Mungwari
Este artículo analiza las batallas internas por la sucesión del partido gobernante, el Frente Patriótico de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU PF), en particular la sucesión presidencial. El artículo sostiene que dos facciones dentro del ZANU PF, Team Lacoste (una facción que apoyó a Mnangagwa para suceder a Mugabe) y G40 (una facción que apoyó a Grace Mugabe para asumir la presidencia) libraron batallas feroces de las que los medios informaron ampliamente. El artículo también sostiene que la abrumadora ambición de Grace de suceder a su esposo, Robert Mugabe, condujo a los eventos en los que atacó públicamente a Emmerson Mnangagwa hasta que Mugabe lo despidió. La destitución de Mnangagwa del puesto de vicepresidente precipitó los dramáticos eventos que llevaron al "golpe militar" o intervención del 15 de noviembre de 2017. Se creía ampliamente que Mnangagwa disfrutaba del apoyo de los securócratas del país, que incluyen al ejército, la inteligencia y los ex combatientes de la guerra de liberación. En este artículo se sostiene además que el "golpe militar" fue una estrategia largamente planificada que comenzó en 2008, pero que se fue gestando hasta que finalmente se desencadenó con la destitución de Mnangagwa. Las plataformas electrónicas, impresas y de medios sociales de Zimbabwe, así como los medios extranjeros, cubrieron activamente las luchas por la sucesión. Sin embargo, este artículo solo analizó el diario controlado por el Estado, The Herald, y dos diarios privados, Daily News y News Day, para examinar cómo enmarcaron las batallas internas por la sucesión de octubre a diciembre de 2017. Los tres periódicos tienen agendas editoriales e ideológicas diversas. El artículo concluyó que The Herald, que es progubernamental y del partido gobernante, estaba dividido entre Mugabe y Mnangagwa. Los periodistas estaban en crisis sobre cómo cubrir los eventos, especialmente del 13 al 15 de noviembre de 2017, hasta que el Estado tomó control de instituciones estratégicas por parte de los militares. Sin embargo, los periódicos privados mantuvieron su enfoque intermedio al cubrir los eventos. El artículo puede argumentar que las políticas ideológicas y editoriales de los medios controlados por el Estado pueden cambiar para adaptarse a los intereses de quienes están en el poder, comprometiendo así la ética periodística. El artículo también concluyó que la nueva administración de Zimbabwe se caracteriza por la militarización de las instituciones estatales, con muchos puestos clave ocupados por personal militar retirado, lo que podría conducir a la manipulación de las elecciones generales de 2018. Hay una purga sistemática de todos los miembros percibidos del G40 (a quienes el Equipo Lacoste etiqueta de cabalistas), incluidos los principales miembros civiles del CIO por parte de la administración de Mnangagwa, que supuestamente está guiada por la Inteligencia Militar. La política de sucesión de la ZANU PF puede estar lejos de haber terminado, ya que los miembros del G40 podrían estar planeando un regreso; solo el tiempo lo dirá.
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