Liudmyla D Popova, Irina M Vasylyeva y Oxana A Nakonechnaya
La ansiedad elevada es la base no sólo para el desarrollo de la depresión sino también para la manifestación de la agresión impulsiva. En el estudio anterior revelamos las diferencias en el estado neurohumoral en animales con tipos de comportamiento sumisos y dominantes. Se observó hiperactividad del eje hipotálamo-hipofisario -suprarrenal , aumento de noradrenalina y disminución de los niveles de serotonina en las regiones limbicocorticales en ratas macho sumisas (alta ansiedad). Debido a estos resultados, estudiamos la interrelación entre el nivel de ansiedad y el índice de agresividad y sus componentes. La investigación involucró a 138 participantes: 121 hombres jóvenes de 18 a 22 años y 17 adolescentes varones dentro del rango de edad de 15 a 16 años. Se les pidió que respondieran al Inventario de Hostilidad de Buss-Durkee, al Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo de Spielberger y al Inventario de Personalidad de Eysenck. El nivel de ansiedad se evaluó en puntos. El índice de agresividad, las agresiones físicas, verbales e indirectas se estimaron en un porcentaje del nivel máximo. No se encontró correlación entre el nivel de ansiedad y el índice de agresividad en el grupo completo de hombres jóvenes. Todo el grupo se dividió en tres subgrupos según el nivel de ansiedad: con niveles de ansiedad altos, moderados y bajos. Se reveló una fuerte correlación positiva entre el nivel de ansiedad y el índice de agresividad en hombres con un nivel de ansiedad alto y una correlación negativa entre estos dos parámetros en hombres con un nivel de ansiedad bajo. En el último subgrupo, la correlación fue estadísticamente insignificante. En hombres con un nivel de ansiedad moderado, no se observó correlación entre el nivel de ansiedad y el índice de agresividad. Esta interrelación puede tenerse en cuenta en el tratamiento de la ansiedad y en la prevención de la manifestación de la agresión impulsiva. En el grupo completo de adolescentes varones no se encontró correlación entre la ansiedad y el índice de agresividad. Los datos obtenidos indican la necesidad de dividir a los participantes en función del nivel de ansiedad y utilizar grupos de edad cerrados para estudiar los mecanismos del desarrollo de la agresión.
Comparte este artículo