DK Agarwal, Aditya Agarwal, Nalin Nag, Swapnil Y Gajway y Satyabrat Garanayak
Antecedentes y métodos: La nefropatía es una complicación frecuente en la población VIH positiva. Con la llegada de la terapia antirretroviral combinada (cART), los recuentos de CD4+ y la replicación viral se pueden controlar de manera más eficiente. Las tasas de supervivencia se están acercando rápidamente a las de la población general. En este escenario, el trasplante renal está ganando cada vez más popularidad como modalidad de tratamiento de la enfermedad renal en etapa terminal (ESRD) en pacientes VIH positivos.
Estudiamos los cambios psicosociales en un subconjunto de estos receptores de trasplante renal VIH positivos a través de un cuestionario que evaluaba múltiples parámetros con respuestas de opción múltiple fijas. Se intentó comparar el estado psicosocial de los pacientes antes y después del trasplante siempre que fue posible. Seleccionamos diez pacientes VIH positivos que se habían sometido a un trasplante renal en nuestro centro al menos un año antes del estudio.
Resultados: Nueve de cada diez pacientes (90%) refirieron una mejor calidad de vida, un aumento de la productividad profesional y percibieron una mejora en el comportamiento del cónyuge y los colegas hacia ellos. De los nueve pacientes que eran sexualmente activos, siete (77%) experimentaron una mejora en su relación sexual. Sin embargo, siete (70%) pacientes recordaron que sufrieron una ansiedad sustancial y temieron un trasplante fallido y la recaída del VIH antes de la cirugía, mientras que seis (60%) respondieron que viven con el miedo constante de una recaída del VIH incluso después de la cirugía. Según todos ellos, los factores prominentes que limitan el trasplante renal en pacientes VIH positivos fueron el costo sustancial y la falta de conocimiento del trasplante renal como una posible opción para ellos.
Conclusión: El trasplante renal tuvo un impacto positivo indudable en el estado psicosocial de los receptores de trasplante renal VIH positivos, mejorando múltiples aspectos como la calidad de vida, las relaciones sexuales y la vida profesional, entre otros. Aunque fue una fuente de miedo y ansiedad para algunos. Un estudio más amplio con más pacientes sería sin duda más esclarecedor.
Comparte este artículo