Edmund T. Nartey1, Raymond A. Tetteh2, Francis Anto3, Bismarck Sarfo3, William Kudzi1*, Richard M. Adanu4
Antecedentes: La naturaleza crónica de la infección por VIH requiere terapia antirretroviral (TAR) de por vida para suprimir continuamente la replicación viral del VIH, reduciendo la morbilidad y la mortalidad. El manejo de las comorbilidades es uno de los principales desafíos asociados con los regímenes de múltiples fármacos utilizados para la terapia del VIH. La hipertensión como comorbilidad en las personas que viven con VIH (PVVIH) se ha convertido en un importante desafío de salud pública e influye de manera importante en el manejo de los pacientes y la prestación de servicios en las clínicas de VIH. Este estudio determinó la prevalencia de hipertensión entre los pacientes que asisten a la clínica de VIH en el Hospital Universitario Korle-bu (KBTH) y también exploró la naturaleza de la relación entre el VIH/TAR y la hipertensión para ayudar a identificar a las personas que podrían beneficiarse de intervenciones para prevenir o retrasar la aparición de complicaciones de la hipertensión y, por lo tanto, mejorar la calidad de vida general de las PVVIH.
Métodos: Se utilizó una técnica de muestreo aleatorio simple para reclutar a los participantes del estudio basándose en el marco de muestra de asistencia clínica habitual. Se modificó y utilizó un cuestionario adaptado del enfoque STEPwise de la OMS para la vigilancia de los factores de riesgo de enfermedades crónicas para la recopilación de datos de los participantes del estudio. Se estimó la prevalencia de hipertensión entre los participantes del estudio. Se determinaron los factores sociodemográficos, de estilo de vida, antropométricos, metabólicos y relacionados con el VIH/TAR asociados con la hipertensión mediante un modelo de regresión logística utilizando el método de selección intencionada de covariables.
Resultados: Se reclutaron 311 PVVIH como participantes del estudio. El presente estudio reveló que la prevalencia de hipertensión en pacientes que asistían a la clínica de VIH en KBTH era del 36,7% y los factores asociados con la hipertensión eran la edad avanzada, los antecedentes familiares positivos de hipertensión, el ejercicio mínimo, el IMC actual ≥25,0 kg/m2, el nivel de colesterol total ≥5,17 mmol/L, la exposición a TAR y el aumento de la duración de la exposición a TAR.
Conclusión: Este estudio muestra una alta prevalencia de hipertensión entre los pacientes que asisten a la clínica de VIH en KBTH, que está asociada con la exposición a la terapia antirretroviral y el aumento de la duración de esta exposición. El control de la presión arterial debería pasar de ser una rutina en la clínica de VIH a una detección más específica de la hipertensión en los pacientes. Se debe alentar a los pacientes a que se midan la presión arterial regularmente en casa y no solo cuando visiten la clínica de VIH.
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