David Nguyen, Vanina Stanek, Silvia Guillemi, Erin Ding, Guillaume Colley, Julio Montaner, Viviane Lima y Gregory Bondy
Antecedentes: Las personas con VIH tienen un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis. El objetivo de nuestro estudio fue medir la prevalencia de anomalías en la ecografía carotídea en pacientes VIH positivos que reciben terapia antirretroviral mediante ecografía carotídea de rutina. Examinamos la asociación entre ecografías carotídeas anormales y factores de riesgo cardiovasculares tradicionales y relacionados con el VIH. Métodos: Se realizó un estudio transversal en pacientes varones VIH positivos con riesgo cardiovascular bajo a moderado que asistieron a la Clínica Metabólica del VIH en Vancouver, Columbia Británica (BC). Se realizaron ecografías carotídeas entre el 1 de enero de 2002 y el 30 de junio de 2012, y esta información se utilizó para establecer el riesgo cardiovascular general de los pacientes. Se revisaron las historias clínicas de los pacientes para obtener datos clínicos de los factores de riesgo tradicionales y relacionados con el VIH. La información sobre el tratamiento antirretroviral se obtuvo de la base de datos del Programa de Tratamiento de Drogas (DTP) provincial. Una ecografía carotídea anormal se definió por la presencia de placa(s) carotídea y se utilizó como marcador sustituto de enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Resultados: Se analizaron 175 pacientes que recibieron terapia antirretroviral desde 1996. La prevalencia de anomalías en la ecografía carotídea fue del 47%. Mediante análisis multivariable, los factores asociados con anomalías en la ecografía carotídea incluyen antecedentes de hipertensión arterial (odds ratio 2,68, intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,17, 6,13) y antecedentes de consumo de drogas intravenosas. . . (OR: 4,55, IC del 95%: 1,40, 14,79). Los odds ratios de anomalías en la ecografía carotídea para pacientes de 46-55 años y ≥56 años en comparación con ≤45 años fueron 2,57 (IC del 95%: 1,08, 6,14) y 5,16 (IC del 95%: 2,02, 13,19), respectivamente. Por cada año adicional de tratamiento antirretroviral, la razón de probabilidades de presentar anomalías en la ecografía carotídea aumentó en 1,10 (IC del 95 %: 1,01, 1,19). Conclusión: Nuestro estudio sugiere que los pacientes VIH positivos evaluados como de bajo riesgo cardiovascular tienen una prevalencia alta de enfermedad vascular aterosclerótica a edades más tempranas. Algunos factores tradicionales y una exposición más prolongada a los ARV se asociaron con anomalías en la ecografía carotídea.
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