Vitalis Chukwuemeka Echebiri
En este artículo se examinan los desafíos que enfrentan los sistemas de salud y se plantea la hipótesis de que la participación comunitaria es una panacea para abordarlos. Los sistemas de salud se ven limitados por muchos problemas internos y externos, como los recursos humanos, la financiación, los medicamentos, el sistema de suministro, el uso y la generación de información, el entorno normativo general, la inestabilidad política y la calidad de la gobernanza, lo que lleva a los organismos de salud a adoptar diversos enfoques para abordarlos. Esto incluye la adopción de programas específicos para cada servicio o enfermedad. A pesar de estos enfoques, muchos sistemas de salud han seguido siendo demasiado frágiles para hacer frente a los crecientes desafíos de la salud mundial. Se han propuesto algunas medidas que se pueden aprovechar para abordar los problemas internos, pero lamentablemente los factores externos no se pueden controlar fácilmente, pero con una estructura autónoma bien establecida para los sistemas de salud, sus efectos se pueden reducir significativamente. En conjunto, la participación comunitaria en la conducción de la maquinaria de estos sistemas de salud ofrece perspectivas prometedoras para fortalecerlos.
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