Stecco Alessandro, Matheoud Roberta, Perchinunno Marco, Carda Stefano, Fortunelli Lorenzo, Marini Federica, Cisari Carlo y Carriero Alessandro
Introducción: La toxina botulínica se considera un tratamiento de primera línea para la espasticidad focal después de un accidente cerebrovascular, y sus efectos periféricos han sido bien documentados. Nos propusimos demostrar y describir cualquier efecto que pueda tener en el sistema nervioso central, utilizando fMRI para registrar los patrones de activación cerebral antes y después de su administración.
Materiales y métodos: Se reclutaron 17 sujetos que comprendían 7 pacientes con accidente cerebrovascular isquémico afectados por hemiplejia espástica de la extremidad superior y 10 controles sanos y se sometieron a tres exploraciones de fMRI mientras realizaban una tarea de imágenes motoras (golpeteo de dedos). Los sujetos de prueba se sometieron a fMRI antes de la terapia con toxina botulínica (T0), 4 semanas después (T1) y después de 8 semanas (T2), y los sujetos de control no tratados fueron evaluados a las 0, 4 y 8 semanas. La tarea de golpeteo de dedos se realizó dos veces en cada sesión en ambos grupos. Tanto los sujetos de prueba como los de control realizaron solo ejercicios diarios de estiramiento muscular pasivo entre las exploraciones de RM T0, T1 y T2.
Resultados: la fMRI confirmó la viabilidad técnica del paradigma de “imaginación motora” para activar las áreas motoras en sujetos sanos. Mientras que el análisis de segundo nivel del grupo control no mostró ninguna modificación en el patrón de activación cerebral durante la tarea de imaginería de golpeteo de dedos entre T0, T1 y T2, aumentando la focalización de la activación cerebral media, acompañada de una reducción gradual en la activación del área motora secundaria después del tratamiento (SMA y Brodmann 6) en el grupo de prueba.
Conclusiones: Esto confirma la eficacia de la imaginería motora como paradigma de fMRI para abrir una “ventana” al cerebro que nos permite estudiar los procesos de recuperación de la función motora después del ictus in vivo. Nuestros datos muestran que la inyección periférica de toxina botulínica por sí sola produce una alteración progresiva en la reorganización de la activación cortical después del ictus, confirmando así sus efectos terapéuticos y centrales. La reducción progresiva y la mayor focalización de la activación observada continuaron a lo largo del tiempo, en línea con las últimas teorías de la “red de mundo pequeño” sobre la reorganización cortical y subcortical de las funciones cerebrales después del ictus.
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