Pablo Dowling*
El punto de vista biomédico predominante sobre las adicciones ha sido que son infecciones cerebrales persistentes. Si bien reconocemos que las mentes de las personas con adicciones difieren de las que no las tienen, sostenemos que el modelo de adicción del "cerebro roto" tiene limitaciones significativas. Sugerimos que un punto de vista a nivel de sistemas capta con mayor eficacia la ingeniería coordinada de la mente y el cerebro humanos ejemplificados y organizados correspondientes al desarrollo de las adicciones. Esta conceptualización más exclusiva coloca la fijación en el entorno más amplio del cerebro dependiente que impulsa la conducta, donde la mente dependiente es el sustrato de la mente dependiente que, por lo tanto, está organizada en un entorno físico y sociosocial. Según este punto de vista, la neurorrehabilitación debe pasar de una "mente rota" a una estructura hipotética de sistemas, que incorpora conceptos de nivel innegable relacionados con el entorno físico y social, la motivación, la autopercepción mental y la importancia de las actividades electivas, que a su vez afectarán progresivamente las transformaciones cerebrales resultantes. Llamamos a esta metodología coordinada neurorrehabilitación organizada por sistemas. Describimos nuestra propuesta mostrando la conexión entre el hábito y la ingeniería de la mente tipificada, incluyendo un punto de vista a nivel de marcos sobre el modelado tradicional, que se ha convertido con éxito en neurorrehabilitación. Es fundamental para este modelo la idea de que el cerebro humano hace predicciones sobre estados futuros y errores reales (o contrafácticos), en relación con sus objetivos. Abogamos por la neurorrehabilitación de la compulsión organizada por marcos, donde los objetivos de los pacientes son el centro de una evaluación y mediación designada y personalizada.
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